La noche del 17 de agosto del 2012, una nota llegó a decenas de redacciones a lo largo y ancho de todo el país. El activista de derechos humanos, Jesús Robles Maloof, a través de las redes sociales, alertó sobre la desaparición del periodista Mario Segura, director y fundador del diario El sol del sur, un periódico local impreso en la ciudad de Tampico, Tamaulipas.
Una nota que todavía circula por la red, aún queda como testigo y acta de los días donde pesó que sobre su cabeza, se había posado ya la sombra de la muerte:
“Mario Segura, director del periódico El Sol del Sur en Tamaulipas, desapareció desde el pasado lunes, y hasta la fecha se desconoce su paradero. Segura, quien dirige el citado medio que circula en los municipios de Tampico, Madero y Altamira, desapareció a las 8 de la noche del pasado lunes, y hoy fue reportado como desaparecido ante las autoridades”, refería el diario 24 Horas.
A dos años de distancia, el recuerdo de aquellos días aún nubla su mente. Pero no desiste en luchar para “despertar conciencias”. Anuncia que no agachará la cabeza, lo hace desde su exilio en la Ciudad de México.
“¿Por qué sigo vivo? Por algo estoy aquí, por Dios, me cae de madres, prometo que ayudo a las víctimas de la violencia y ya no me meto en pedos”, anuncia entre palabras desbordadas, con su marcado acento norteño. Un tiempo tuvo que dejar el periodismo, trabajó como payaso afuera de un centro comercial. Hoy ha vuelto, aunque es cauteloso y procura no ir a Tamaulipas.
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