Considerado el narcotraficante más poderoso del mundo y definitivamente el más famoso de México, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, líder del cártel de Sinaloa, se fugó por segunda vez de un penal de alta seguridad la noche del sábado, convirtiéndose en el primer criminal en lograr dos veces dicha hazaña.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusa desde agosto de 2009 a El Chapo y a otros capos del cártel de Sinaloa de introducir 200 toneladas de cocaína a su territorio entre 1990 y 2008, y de ingresar de contrabando a México 5.8 billones de dólares, producto de la venta de droga. Sus redes operativas se extienden por 10 países del continente, además de España, y posee más de 288 empresas utilizadas exclusivamente para el lavado de dinero de su emporio.
El narco más grande de México
Nacido en 1957, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, comenzó su carrera criminal en la década de 1980 como lugarteniente de Miguel Ángel Félix-Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara, cuya detención en 1989 le llevó a fundar su propia organización en Sinaloa, su estado natal.
El Chapo comenzó a tomar notoriedad por la violenta disputa que estableció con el cártel de Tijuana, de los hermanos Arellano Félix, por el dominio de Baja California, Jalisco y Sinaloa.
El asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en el aeropuerto de Guadalajara el 24 de mayo de 1993, resultado de una aparente confusión de miembros de los Arellano Félix en su objetivo, desencadenó su detención ese mismo año en Guatemala, país del que fue extraditado a México para ser encarcelado en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, hoy conocido como del Altiplano, Estado de México.
Tras un intento de fuga, las autoridades lo trasladaron al centro de Jalisco el 22 de noviembre de 1995, de donde escapó a bordo de una camioneta de limpieza el 19 de enero de 2001, a sólo 50 días de que el entonces presidente Vicente Fox asumiera el cargo.
La revista Forbes catalogó en 2009 a Guzmán Loera como uno de los más ricos hombres del mundo al calcular su fortuna en mil millones de dólares,y para el año 2013 se le colocó en el lugar 67 entre las personas más poderosas del mundo, lo que fue calificado por el Gobierno mexicano como desproporcionado y sin sustento.
La realidad señala que, junto a sus socios Ismael El Mayo Zambada e Ignacio Nacho Coronel, abatido por el Ejército en julio de 2010, El Chapo ha podido extender su dominio a 17 entidades del país y fortalecer el trasiego de cocaína, marihuana y drogas sintéticas hacia Estados Unidos, llegando a controlar el 80% del comercio de dichas sustancias en el país vecino, lo que ningún otro cártel mexicano ha conseguido.
En febrero de 2013 El Chapo fue considerado “el enemigo público número uno” de la historia de Chicago, por encima de Al Capone, quien construyó su fama a través del tráfico de licor, cuando éste estaba prohibido.
“Ningún criminal merece este título más que Guzmán Loera, por su poder nefasto y crueldad despiadada… Comparado con ‘El Chapo’, Al Capone parece un aficionado”, expuso el presidente de la Comisión del Crimen, J.R. Davis.
Se calcula que el Cártel de Sinaloa, liderado por Guzmán Loera, tiene 60.000 kilómetros cuadrados de sembradíos de marihuana y amapola en México. Son los principales mayoristas de cocaína sudamericana en Estados Unidos y en Europa., controlan las rutas terrestres en Centroamérica, trafican heroína de Oriente Medio, con precursores químicos asiáticos cocinan en sus laboratorios toneladas de metanfetamina y según la fundación InSight Crime operan en 50 países y sus negocios incluyen trata de personas, prostitución, robo de gasolina, tráfico de armas y lavado de dinero, con ganancias de aproximadamente 3 mil millones de dólares al año.
De 2007 a la fecha, Estados Unidos-a través del Departamento del Tesoro-ha identificado el imperio financiero y las redes operativo que construyó “El Chapo” con sus socios en 10 países del continente y España.
Son 288 empresas utilizadas presuntamente para el lavado de dinero, donde lo mismo una boutique o aerolíneas, inmobiliarias, mineras, gasolineras y hasta la crianza de avestruces han servido a este objetivo, en una red criminal donde se han identificado a 230 operadores clave,, entre los que están familiares de los jefes del narcotráfico, pero también líderes de seis cárteles extranjeros y su gente, que son aliados.
Además, posee una red especializada en el tráfico de precursores químicos con 16 empresas en Puebla, Jalisco y el Distrito Federal, entre ellas Geofarma y Distribuidora Médica Hospitalaria, así como una distribuidora en Panamá.
Entre sus aliados se encuentran el empresario mexicano-colombiano Hugo Cuéllar Hurtado, quién posee alrededor de 11 empresas en ambos países y presuntamente provee al cártel sinaloense de cocaína; Caro Quintero, otro de los narcotraficantes más poderosos de México; el cártel de Jorge Milton Cifuentes Villa en Colombia; los cárteles de Marllory Dadiana y de los Lorenzana en Guatemala; el de John Ángel Zabaneh en Belice; el de José Miguel Chepe Handal en Honduras y el cártel de los Cachiros en ése mismo país.
La primera huída
Según las investigaciones de la PGR, en el penal de Puente Grande, ahora denominado de Occidente, El Chapo pudo corromper a decenas de custodios y funcionarios para pagar sus condenas prácticamente como si no estuviera preso.
A diferencia del resto de reos, el narcotraficante comía alimentos preparados a su gusto, recibía visitas de mujeres en su celda e incluso llegó a ordenar el ingreso de músicos para sus celebraciones, de acuerdo con las declaraciones de empleados del penal a la PGR
El mismo día de su fuga, 19 de enero de 2001, autoridades carcelarias y visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) habían recorrido el penal ante quejas de familiares de otros presos sobre las fallas en el sistema de vigilancia.
Las pesquisas indican que la alerta fue el detonante para que el narcotraficante escapara del penal, que funcionaba en ese entonces desde hacía menos de 10 años como uno de los dos centros de máxima seguridad de México
De acuerdo con la versión oficial, después de pasar lista a las 21:45 horas de aquel viernes, El Chapo se dirigió al área de lavandería, donde se escondió en un carro de transporte de ropa sucia para que custodios lo pasaran por distintos puntos hasta la aduana del penal.
Un ex mando de la desaparecida Policía Federal Preventiva (PFP), ahora denominada como PF, recordó a CNNMéxico que recibieron la alerta de su fuga a las tres de la madrugada y que un grupo especial partió de la Ciudad de México rumbo a la cárcel, ubicada a 18 kilómetros de Guadalajara, capital de Jalisco.
“Durante cuatro días se revisó absolutamente todo el penal, se vieron indicios, ductos, calderas, basura, vehículos; a nuestra llegada se pensó que podía seguir adentro escondido todavía y encontramos su uniforme y zapatos en el cuarto de máquinas”, señaló en entrevista el ex mando, que pidió el anonimato.
Al oficializar la fuga, Jorge Tello Peón, entonces subsecretario de Seguridad Pública y hoy asesor del presidente Felipe Calderón, calificó la fuga como una traición al sistema penitenciario.
La PGR acusó a 62 personas, entre funcionarios, custodios y reos del penal. Actualmente unos cinco procesados siguen presos por el caso, después de que el resto cumpliera su condena o fuera absuelto, entre ellos el ex director, Leonardo Beltrán Santana.
El mayor logro del sexenio
El Chapo permaneció 13 años un mes y tres días prófugo, tiempo que dedicó a extender su imperio hasta convertirse en uno de los hombres más poderosos, y más buscados, del continente.
Existen indicios de que El Chapo se refugió en el Distrito Federal, Puebla y Estado de México durante los primeros meses de su vida furtiva. Durante estos años, el Ejército centró su búsqueda en poblados de la sierra de Sinaloa, Durango y Chihuahua, que conforman el denominado Triángulo Dorado, por ser utilizados para la producción de marihuana.
Habitantes de Cuernavaca, Morelos; Ciudad Juárez, Chihuahua, o Durango, Durango, aseguran que solía comer en restaurantes de esas ciudades a la vista del resto de los clientes.
Una de las historias que más se contaba era que El Chapo llegaba arestaurantes de Culiacán, su equipo de seguridad le quitaba los teléfonos celulares a los comensales, y las puertas se cerraban. Nadie podía entrar y salir. Luego de comer con su familia, y disculpándose por las molestias, Guzmán Loera se retiraba, los aparatos de comunicación eran devueltos y se pagaba la cuenta de todos los clientes.
No fue sino hasta la madrugada del 22 de febrero de 2014 que fue detenido en un complejo de condominios en Mazatlán, Sinaloa.
Según Jesús Murillo Karam, el entonces procurador de la República, se catearon predios donde Guzmán Loera acostumbraba estar y que en varias ocasiones logró escapar porque cuando las autoridades llegaban, tardaban en ingresar porque las puertas estaban reforzadas y las casas estaban conectadas por túneles, por los que logró escabullirse varias veces.
Después de otros intentos entre el 13 y el 17 de febrero de este año, en los que se detuvieron a al menos 10 de sus colaboradores, Guzmán fue detenido junto con uno de sus presuntos cómplices, Carlos Manuel Hoo Ramírez, en un operativo que Murillo Karam calificó como “impecable”.
La detención del narcotraficante le valió grandes felicitaciones a Enrique Peña Nieto por parte de autoridades nacionales e internacionales, y fue presmida por el gobierno federal como prueba de sus estrategias en el combate del crimen. Sin embargo, poco menos de dos años les habría de durar el gusto.
Un duro golpe: Segunda huída
Supuestamente, Guzmán Loera, como todos los delincuentes de máxima seguridad del penal del Altiplano, contaba con una vigilancia personal las 24 horas del día, un grupo de custodios que se van rotando por cuestiones de seguridad y que tiene prohibido establecer contacto verbal con el detenido.
Su celda estaba iluminada también las 24 horas del día, y tenía derecho a una hora de luz solar, al salir a un patio que lo conectaba directamente con su celda
Como todos los internos tenía programadas sus visitas, las que pueden ser diarias, y en la mayoría de los casos quienes acudían erAn los integrantes de su grupo de abogados.
Además, cámaras del sistema de seguridad del Cefereso 1 lo vigilaban permanentemente, excepto en los momentos de tomar el baño o de visita íntima.
Hasta las 20:50 horas del día de ayer, la jornada de “El Chapo” Guzmán transcurrió de manera normal e incluso se le suministraron sus medicamentos, pero al notar su ausencia se activó la alerta, por lo que personal de seguridad se trasladó a la celda.
Ahí, fue hallada la boca de un túnel que iniciaba con un hueco de forma rectangular en el área de la regadera, de aproximadamente 50 por 50 centímetros y metro y medio de profundidad.
Dicho orificio comunica con un conducto vertical de aproximadamente 10 metros de profundidad habilitado con escalera y que conecta con un túnel de 1.5 metros de altura, entre 70 y 80 centímetros de ancho y una longitud de aun indeterminada pero que en forma lineal representa más de 1.5 kilómetros.
“El túnel cuenta con tubería de PVC presumiblemente para ventilación así como alumbrado y una motocicleta adaptada con rieles como mecanismo de tracción, mediante el cual fue presumiblemente extraída la tierra producto de la excavación y transportadas las herramientas utilizadas para la perforación”, dijo Rubido García. comisionado de seguridad.
“A lo largo del túnel se encontraron instrumentos de construcción tanques de oxígeno, recipientes con combustible, madera de cimbra y tubería de PVC.
“El pasaje desemboca en un inmueble que se encuentra en obra negra, ubicado al suroeste del centro penitenciario federal en la colonia Santa Juanita, en ese lugar se halló mobiliario, enseres y otros objetos que indican que ahí había trabajadores o veladores”.
De acuerdo con la propia Comisión Nacional de Seguridad fue a las 20:52 horas, cuando se confirmó la fuga de quien fuera considerado como el narcotraficante más buscado en el mundo.
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