Desde los años 20 está prohibida
Es una forma de construir sin contaminar
En la CDMX, Stephen Clark, junto con algunos socios fundaron la empresa Heaven Grown, con la cual un grupo se unió para lograr la legalización de la cannabis para su uso industrial o cáñamo.
Ellos no hacen manifestaciones, ni nada por el estilo, solo se dedican a construir baños públicos con fibra de cáñamo y bambú que pretenden ser una muestra tangible en la capital mexicana de lo que se está perdiendo México por tener una legislación ambigua.
“Por un lado somos narcotraficantes si transportamos el cáñamo, según la ley de salud, por otro, somos empresarios importadores, según la ley de aduanas“, explica Clarke.
Para poder llevar a cabo estas construcciones se tiene que importar la fibra de cáñamo desde Holanda, sembrada por holandeses, pagar impuestos, declaraciones, para más tarde transportarla hasta la colonia Roma.
“Desde cualquier punto de vista la cannabis sativa (cáñamo) es la solución ecológica —argumentó- en el caso del papel, por ejemplo, del árbol sólo se usa el 20% mientras de la cannabis se usa el 80%“.
La iniciativa que la aprobaría, fue congelada junto con otras 29 de diversos grupos e intereses que bombardearon el último periodo de sesiones del Congreso con miras a que México logre una competitividad más pareja frente a su principal socio comercial: Estados Unidos, China.
En los años 20 fue prohibida durante el gobierno del presidente Álvaro Obregón, ahora es una opción para crear construcciones ecológicas, que el gobierno no desea aprobar.
“Queremos generar antecedentes de que se puede hacer hasta un edificio ecológico, sólo hace falta voluntad”, comenta al diario La Opinión. “El reto es conseguir el material a un bajo costo y eso sólo se va a lograr si lo producimos aquí”, explica Odin Rus, director de la empresa Organic.
Fuente: La Opinión
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