Su mecanismo fue parecido al que utilizó Javier Duarte.
La vocera de Veracruz, Irma Chesty Viveros, creó empresas fantasma para obtener contratos millonarios siete años antes, cuando aún gobernaba Fidel Herrera en la entidad.
Junto a una socia, el 10 de febrero del 2009, la vocera creó la empresa Transacciones, Servicios y Soluciones Globales, con la que más adelante conseguiría por lo menos seis contratos por más de 20 millones de pesos entre 2009 y 2010.
El domicilio fiscal que tiene registrado está en la calle Flor de Liz del número 105 de, colonia Acueducto Ánimas, en Xalapa, de acuerdo con el Servicio de Administración Tributaria, pero en su lugar hay un lote baldío.
Cinco meses después de su apertura recibió su primer contrato, el cual pedía un servicio de mantenimiento a las aeronaves del gobierno de Veracruz, lo que le otorgó una adjudicación directa de 7 millones 567 mil 805 pesos.
El segundo contrato llegó en 2010 por 928 mil dólares americanos, alrededor de 11 millones 943 mil 360 pesos, que de acuerdo con la Dirección General de Aeronáutica de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, el contrato fue cobrado pero sus servicios no se realizaron.
Meses después a la empresa llegaron contratos de otras dependencias con pagos de aproximadamente 80 mil pesos por cuestiones ajenas a la aeronáutica. Algunos contratos solicitaban servicios como venta de materiales de oficina, servicios de fumigación y materiales de limpieza.
El medio Animal Político envió un cuestionario a la funcionaria en el que señaló que su empresa había realizado todos los servicios que le fueron requeridos.
“Los bienes fueron entregados y los servicios prestados, las evidencias obran en los expedientes de las autoridades que los contrataron”, sin embargo, puede ser señalado lo contrario por la información que brindan dependencias de transparencia.
La empresa Transacciones, Servicios y Soluciones Globales fue creada con un capital inicial de 50 mil pesos y mantiene hasta la fecha representación legal y sigue trabajando en activo.
Fuente: Animal Político
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