Secuestros, asesinatos de menores, drogadicción, alcoholismo, robo de combustible por bandas ligadas al cártel de Sinaloa y actos de rapiña cometidos por policías confluyen en la comunidad El Tamarindo, municipio de Sinaloa.
Los habitantes de la localidad, situada a unos 20 minutos del centro de la capital,
ya no viven de la siembra de maíz, frijol, garbanzo o sorgo.
La bonanza está ahora en saquear hidrocarburos de Petróleos Mexicanos (Pemex),
actividad que ha convulsionado la región.
Jesús Carrazco Ruiz, subdirector de operaciones de la policía ministerial del estado,
informó que en esa región existen al menos cuatro bandas que ordeñan los ductos de la paraestatal que atraviesan el poblado Villa Adolfo López Mateos,
mejor conocido como El Tamarindo.
Cada célula delictiva está integrada hasta por 15 personas, la mayoría jóvenes,
y detrás de ellas, según fuentes oficiales, está el cártel de Sinaloa.
Los habitantes de este poblado adquieren al mayoreo el combustible, de mil a 3 mil litros,
a entre uno y dos pesos cada uno, para revenderlo.
En 2014 la policía ministerial recuperó 146 mil 610 litros de gasolina,
detuvo a 41 personas y decomisó 70 vehículos.
Este año ha asegurado 70 mil 600 litros de combustible,
capturado a 14 individuos y confiscado 32 vehículos.
Más información en La Jornada.
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