Veracruz es una las entidades más peligrosas para ejercer el periodismo. La víctima más reciente, Rubén Espinosa, fue hallado muerto junto con cuatro personas más en un departamento de la colonia Narvarte, todos ultimados con signos de tortura.
Rubén se especializaba en la cobertura de protestas sociales en Veracruz, sin embargo el periodista llevaba meses sin poder ejercer adecuadamente su oficio. La violencia que había sufrido el fotorreportero era conocida públicamente, por lo que desde hace unas semanas radicaba en el Distrito Federal, ya que prefería “autoexiliarse” antes de que le ocurriera algo como los machetazos que desfiguraron a estudiantes de la Universidad Veracruzana.
Si algo ha distinguido al gobierno encabezado por Javier Duarte, no es el robo de frutsis y gansitos, sino la muerte de periodistas. Aunque según el gobernador, los periodistas no han sido asesinados por su profesión, ni por criticar al gobierno local o hacer más evidente la deficiente gestión de Duarte, sino por andar en malos pasos, cuestiones personales o razones de cualquier otra índole.
En Veracruz se han registrado más de doce ataques a medios informativos y cincuenta casos de agresiones de diversos tipos como el despojo de equipo, cámaras y hasta imágenes tomadas, detenciones y arrestos ilegales, amenazas y acoso, insultos y golpes, asaltos a casa habitación y robo de auto, campañas de descrédito, agresión con arma de fuego e irregularidades en procesos judiciales iniciadas contra un periodista.
Se han documentado 37 casos de desplazamiento forzoso y se tiene registro del asesinato de 17 periodistas tan sólo durante la gestión de Javier Duarte, aunque el gobierno dice que están haciendo todo lo que pueden para proteger periodistas.
Fuente: Sopitas
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