Al parecer la joven fue drogada cuando salió con cuatro de sus compañeros
La noche de la agresión varios soldados hicieron fila en la recámara de la víctima
Una mujer soldado de la sección de policía del Ejército del Aire denunció que fue víctima de una violación grupal en la base de Bobadilla en Antequera, Málaga, durante una fiesta con otros compañeros con motivo de la celebración de la Virgen de Loreto, patrona de las fuerzas del aire.
Los hechos ocurrieron el pasado 10 de diciembre y tras ser confirmado el incidente por algunos medios como Antena 3, El País y el programa Espejo Público, han dado inicio las diligencias en el Juzgado Militar Territorial de Sevilla.
La víctima, que presta su servicio en la base de Bobadilla desde hace ocho años, describe que el día de la agresión salió con sus compañeros a tomar a un bar cercano, llamado Gabbana.
Sin embargo, al día siguiente cuando despertó, se sentía mal, le dolía la cabeza y no recordaba nada.
Tras lo ocurrido, la mujer presentó tres denuncias, la primera el día 12 y las otras, según ha contado, después de haber recordado más detalles de lo sucedido.
Una compañera de la soldado declaró que la noche de la agresión había fila en el pasillo que daba al cuarto de la joven, los soldados que estaban formados esperaban a que el hombre que se encontraba adentro saliera, como en señal de relevo.
La denunciante recuerda que cerca de las cuatro de la madrugada se levantó para ir al baño y que en ese momento llevaba las medias puestas. Según recoge la denuncia, en ellas había restos de lo que parecía semen.
“Poco a poco me están viniendo recuerdos de lo que pasó esa noche. Tengo vagos recuerdos con la luz de la habitación encendida, un hombre de tez morena me movía mientras me cogía del brazo y me decía cosas. También recuerdo a otro hombre con una respiración muy profunda, notaba el contacto en su costado izquierdo”, relató la soldado.
La militar asegura que esa noche tenía pensado dormir en la habitación de una compañera, pero que ésta se fue sin darle las llaves.
En la denuncia oficial, la soldado explica que las cervezas que tomó esa noche tenían un sabor amargo, pero que ella no le dio importancia.
La militar recuerda que esa noche, un cabo mayor la acompañó hasta su recámara cerca de la una de la madrugada porque estaba un poco afectada, le puso la pijama, la acostó y se fue.
La víctima recuerda que al bar acudió con cuatro de sus compañeros, pero que dos de ellos no se le acercaron, hecho que le pareció extraño pues siempre bromeaban con ella.
Uno de ellos, cuenta, le presentó a un amigo suyo, un hermano de las limpiadoras con quien estuvo hablando.
De acuerdo con Espejo Público, la militar relató que en el bar un grupo de hombres la rodeó, comenzó a tocarla y mientras ella intentaba evitarlo, uno de ellos se le acercó al oído y le dijo: “No veas cómo me vienes”.
Segundos después se alejaron de ella y el cabo mayor se acercó para preguntarle lo que había sucedido, a lo que ella respondió que se había sentido como “saco de carne”.
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