Otra compañera también usaba sus productos de belleza
El hombre aceptó que tiene una obsesión con los cepillos de dientes y no se puede estar más enfermo…
Vivir con una persona casi desconocida puede acarrear varios problemas, desde quitarse comida a la eterna batalla por el que compra el papel de baño.
Sin embargo puede haber problemas más serios, como este caso en Nueva Zelanda, donde una chica llamada Sarah tuvo que instalar una cámara en su habitación para conocer las fechorías de sus compañeros.
Al notar que las cosas cambiaban de lugar en el baño de su cuarto, y también descubrir cabello de sus compañeros, decidió comenzar con algo simple, como ubicar un zapato en la puerta para ver que tanto se movía.
Al confirmar que alguien entraba a su cuarto instaló una cámara, pero lo que descubrió no se lo esperaba por ningún motivo.
Primero descubrió que su compañera usaba sus productos de belleza, pero en comparación lo que hacía su compañero era mil veces peor: utilizaba su cepillo de dientes para frotar sus genitales.
Cuando decidió enfrentar al sujeto, él negó todo hasta que le mencionó que lo había grabado en secreto, por lo que tuvo que aceptar la culpa y no le quedó otra más que decir que tenía “una obsesión con los cepillos de dientes”.
Por obvias razones, Sarah abandonó al día siguiente el apartamento.
https://youtu.be/kPrMX1QgogE
Fuente: Diario NY
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