Las autoridades temen a que este caso se repita
Las chicas que se suicidaron vivían en una pequeña población de poco menos de 400 habitantes en el noroeste de Ontario, Canadá
Un grupo de tres amigas de 12 años realizaron un pacto: suicidarse. Dos de ellas cumplieron su promesa el pasado mes de enero, mientras que la tercera lo hizo la semana pasada. Debido a esto, se teme que más adolescentes se quiten la vida.
Jolynn Winter, Chantel Fox y Jenara Roundsky eran tres chicas que pertenecían a un grupo indígena. Las tres vivían en Wapekeka First Nation, una pequeña población de poco menos de 400 habitantes en el noroeste de Ontario, Canadá, lugar que según el diario The Washington Post cuenta con una alta tasa de suicidios.
En enero, las primeras chicas se quitaron la vida con dos días de diferencia, por ello, en la comunidad comenzaron a implementar estrategias para evitar que más jóvenes imitaran estas acciones.
Pese a esto, la tercera chica, Jenara, se quitó la vida. Así, su cuerpo fue encontrado por otro joven cerca de una pista de hockey debido a que le envió un mensaje a uno de sus amigos, en donde se despedía de él.
De acuerdo con el tío de una de las otras chicas, Jenara estaba recibiendo ayuda en una clínica mental después de que sus amigas se suicidaron, sin embargo, no ayudó en nada.
Tras el caso de estas jóvenes, se comenzó a poner especial atención en estas comunidades indígenas de Canadá, quienes sufren por los suicidios.
Sobresale que en abril de 2016, Attawapiskat First Nation, un pueblo cercano al de las tres adolescentes, declaró el estado de emergencia después de que 11 menores trataran de suicidarse. Lo anterior lo implementaron después de que al menos 100 personas trataran de suicidarse entre septiembre de 2015 y abril de 2016.
Uno de los familiares de otra joven suicida, declaró en una entrevista recogida por Univisión, que los familiares “tienen que poner bajo un candado los cuchillos de la cocina y las medicinas prescritas para que los niños no los usen para que se maten”.
Contó que el caso de su familiar se dio después de sufrir acoso en el colegio por tener sobrepeso, por lo que finalmente se terminó colgando después de dejar varios mensajes en su teléfono celular.
Por este problema, las autoridades de Wapekeka First Nation hicieron un llamado a los cuerpos de seguridad.
“Nuestra gente están ya cansándose”, dijo Joshua Frogg, portavoz local. Él se lamentó por la ayuda que necesitan y que incluso ya les habían prometido, sin embargo, es momento de que todavía no llega, asegurando que no es aceptable que los jóvenes de “11 y 12 años quienes traten de salvar a sus amigos. Eso les añade un trauma”.
El miedo de que el en pacto que ya se ha cobrado tres vidas participaran más jóvenes, las autoridades de Wapekeka han enviado 35 menores a un centro de salud mental.
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