Prefiere seguir en la industria que hacer una carrera en la moda
“Fue una fascinación de la infancia, por lo que lo mantuve en el fondo de mi mente”
Una joven de 23 años de Manchester, Reino Unido, participa en un documental de la BBC titulado Jade: Why I Chose Porn (“Jade: por qué escogí el porno”).
En él explica las múltiples razones que la llevaron escoger esa carrera, y aunque terminó la universidad, la prefiere sobre su profesión.
“Mi elección profesional, el dedicarme a la pornografía, conmocionó a muchos”, afirma.
Jade es su nombre artístico, pero su nombre real es Carly Rae, y confiesa que dedicarse a la pornografía “mejoró su vida”.
Según el psicólogo James Griffith, de la Universidad de Pensilvania, en EU, uno de los factores altamente relacionados con las “estrellas” del negocio de las películas para adultos es el abuso sexual, situación que Jade vivió años antes de entrar a la industria. Fue víctima de abuso sexual y sufrió algunos problemas psicológicos.
“Son necesarias más investigaciones sobre la salud e identidad sexual y otros aspectos del negocio la industria pornográfica, pero es una cuestión complicada debido a la negativa de algunos actores a colaborar con los investigadores”, le contó Griffith a LiveScience.
En 2015 Jade se graduó, pero decidió que no se dedicaría a la moda, ya que si lo hacía pasaría un año trabajando como becaria sin remuneración alguna. Actualmente gana 1,500 dólares por un fin de semana rodando realidad virtual en Barcelona o 800 por 14 horas de trabajo en Praga.
“No me lo puedo permitir. Tengo que pagar la renta y los recibos. Si lo divides, son como 57 dólares por hora. Eso sí, si cuentas el viaje de ida y de vuelta, se queda en 10”, aclara.
Pero además de pagar las cuentas, Jade asegura que el porno mejoró su vida: “Quería hacer amigos pero no lo logré, así que me pasaba el día sola, llorando. Me sumí en una depresión. Pero cuando empecé en esto la gente empezó a decirme que era bella, que quería conocerme. Todo cambió para mejor: el porno me quitó mi coraza y me dio confianza; empecé a creer en mí misma como nunca antes”.
Según cuenta en el documental, su interés por el porno comenzó cuando tenía 13 años, viendo películas en Internet.
“Fue una fascinación de la infancia, por lo que lo mantuve en el fondo de mi mente. Siempre pensé que llegaría un día en el que me dedicaría a ello”.
Y así fue, cuatro años más tarde cuando se mudó a Manchester, Inglaterra, empezó a estudiar en la Universidad Metropolitana de Manchester (MMU), pero como la mayoría de los estudiantes no siempre llegaba a fin de mes.
Así que descubrió que vendiendo fotografías y videos de contenido sexual explícito a una página web para adultos conseguía dinero.
“De repente tenía 150 dólares más en mi cuenta bancaria cada semana”, recuerda. Al poco tiempo la página web le ofreció aparecer en una película.
“Les contesté que claro, que me encantaría, que sonaba genial. Lo sentí totalmente natural”.
Aunque hay cuestiones que le molestan cómo vestirse de colegiala o penes de más de 30 cm, tiene relaciones sexuales delante de las cámaras, como si sintiera que es una opción más segura, por el ataque que sufrió siendo una adolescente.
Fuente: BBC
Sé parte de la conversación