El menor escapó de la tienda de campaña de sus padres en la playa de Matata, en Nueva Zelanda
El pescador que lo encontró asegura que el niño llevaba en promedio 15 minutos flotando
Jessica Whyte estaba de paseo junto a su esposo e hijo en la playa neozelandesa de Matata, cuando el gerente del campamento le dio la noticia de que su bebé de 18 meses había sido encontrado flotando en el mar por un pescador de la zona y estaba vivo.
La mujer y su esposo se quedaron dormidos. En ese momento el menor aprovechó para escapar de la tienda de campaña y llegó de alguna forma a la playa.
Fue Gus Hutt, un pescador de la zona, fue quien se percató de que algo que parecía un muñeco flotaba en el mar. Al acercarse notó que se trataba de un bebé que flotaba de forma lateral con su costilla izquierda hundida bajo el agua y seguía respirando.
“Ese bebé tuvo mucha suerte o simplemente no era su momento de irse”, le confesó el pescador al New Zeland Herald. “El niño no llevaba más de 15 minutos en el agua”, agregó.
Tan pronto rescató al niño, el pescador llamó a su esposa Sue Hutt, que estaba en tierra, para que buscara a los padres del menor extraviado. Ahí fue cuando la señora Hutt contactó al gerente del campamento quien rápidamente identificó a quienes podrían ser los padres.
Sin embargo, los padres del niño no se habían percatado de la desaparición de su hijo. El gerente y la esposa del pescador tuvieron que despertarlos y contarles lo sucedido, informó Univisión.
“Ella solo corrió a la tienda y los despertó y les preguntó ¿en dónde está su hijo? Acabamos de encontrar uno en el mar”, destacó el pescador.
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Una vez que Hutt volvió del mar con el niño en brazos, en la playa ya lo esperaban un cuerpo de bomberos para darle los primeros auxilios al menor en espera de la ambulancia que lo trasladaría al Hospital Whakatane. La policía también acudió al lugar pero no se presentaron cargos en contra nadie.
Esta no es la primera vez que un niño es rescatado de una situación en peligro por un extraño. El pasado mes de septiembre, un hombre que iba manejando encontró a un bebé atravesando solo y gateando una concurrida avenida.
Al igual que el pescador neozelandés, Cory Black Cannon, de 41 años, pensó ver un muñeco en la mitad del asfalto mientras manejaba su auto por una avenida cuyo límite de velocidad era 40 millas por hora en Eatontown, Nueva Jersey.
El conductor se detuvo en carretera y vio que se trataba de un bebé que había escapado de casa.
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