Por: Fernando Ortiz C.
Tenzin Gyatso, un hombre sencillo, sabio, lleno de conocimiento y que ha luchado desde el exilio por la soberanía de un recóndito lugar en el mundo, un recoveco espiritual del budismo, que en 1959 fue anexionado por el ejército comunista chino en 1959.
Tenzin Gyatso es quien ostenta actualmente el título de Dalai Lama, un personaje que cumple 80 años alejado de su tierra, añorando la libertad del Tíbet, una región que parece vivir en un limbo para el mundo.
¿Por qué el Tíbet está en un limbo? Mientras los tibetanos consideran una ocupación la autoridad china, el gobierno chino lo ve como una liberación ya que según su versión los lamas tenían aprisionado al pueblo tibetano, sometiendo a sus habitantes a una dictadura.
Podemos entrar en el debate interminable en ¿Quién es el opresor o el oprimido?, pero lo que podemos estar de acuerdo es que la figura de Tenzin Gyatso ha dado la vuelta al mundo y sea convertido en un símbolo de serenidad, fortaleza y del peregrinaje por la persecución en la región del Tíbet.
Rusos e ingleses a inicios del siglo XX vieron está zona como punto estratégico de dominio y control de Asia. El Dalai Lama de la época, Thubten Gyatso, tuvo que vivir en el exilio en la ciudad india de Sikkim. Al regresar al Tíbet declaró su independencia el 14 de febrero del año 1913, pero la comunidad internacional no dio mucha importancia y relevancia a este hecho.
Prácticamente desde la segunda década del siglo XX, el Tíbet ha vivido inmerso en el caos y la desesperanza, luchas por el territorio, guerras, conquistas, reconquistas e invasiones son los recuerdos que tienen los habitantes de aquella región del Himalaya.
China sabe el poder religioso de los monjes budistas, saben que pueden ser quienes generen revueltas y levantamientos por eso la represión es constante. Los tibetanos dicen que los pobladores chinos han llegado a explotar sus tierras y que ellos son quienes se benefician de la minería, dejando a los tibetanos las opciones laborales reducidas al turismo, con expreso permiso del gobierno chino, o actividades en la construcción como obreros.
La pregunta aquí sería, y los países del mundo ¿Qué dicen o qué hacen frente a lo que sucede en las tierras tibetanas? Escuchamos los reclamos de vascos o catalanes por lograr la emancipación o de la lucha constante de los chechenos por liberarse de los rusos, pero qué se dice del Tíbet.
Lobsang Sangay, el primer ministro del gobierno tibetano en el exilio, en una entrevista indicó que la Unión Europea simplemente evita el tema, los líderes europeos no hacen más que cerrar los ojos y callar ante lo que sucede en el Tíbet, tal vez por temor al gigante asiático que tienen dominada la región tibetana o tal vez hacen caso omiso porque no hay razón desde sus políticas para intervenir o manifestarte sobre las atrocidades que ocurren diariamente.
Según algunos cálculos más de un millón de tibetanos han sido reprimidos por el gobierno chino, destruyendo además más de cinco mil monasterios. La represión tiene tal alcance que se ha prohibido enseñar el idioma tibetano en las escuelas; su cultura y tradiciones se han vuelto cosa del pasado.
La solución que ha dado el Dalai Lama, ha sido, lo que él llama, el camino intermedio, el cual consiste en dar autonomía al Tíbet dentro del Estado chino protegiendo los derechos religiosos e individuales de los tibetanos, esa es la vía que Tenzin Gyatso ha manifestado desde Dharamsala, como opción para dejar a un lado el conflicto con el gobierno de China.
La República Popular China no acepta está ni ninguna propuesta, pues para ellos no existe ningún conflicto, y argumenta que toda esta situación es un movimiento gestado en Occidente, específicamente en los Estados Unidos, en complicidad con el Dalai Lama con el único objetivo de desprestigiar al país.
Esta es la razón de que el Tíbet se encuentre en un limbo político, religioso y cultural, cómo saber lo que pasa si el gobierno en China no deja que ninguna información se filtre fuera de sus fronteras.
Hasta ahora la situación trascurre bajo este halo de misterio, de dimes y diretes por parte de ambos bandos, tanto chinos como tibetanos culpándose mutuamente de la situación, algunos hasta negando que exista algún problema otros esgrimiendo que son reprimidos a cada momento, pero todo esto tomará su punto más caótico cuando se designe el sucesor del actual Dalai Lama, pues he aquí donde el poder que representa espiritualmente Tenzin Gyatso sea el detonante de una lucha política por la representatividad del líder tibetano, pues la rencarnación del próximo Dalai Lama es un tema sumamente delicado pues puede radicalizarse desde lo religioso tomando los matices políticos necesarios para que ocurran revueltas.
El gobierno comunista chino sabe que la búsqueda del nuevo Dalai Lama, cuando ocurra la muerte de Tenzin Gyatso, es una situación muy compleja y que puede conllevar dificultades al gobierno de Beijín, por lo cual el partido comunista de China en 1989 despareció al Pachen Lama que había designado el actual Dalai Lama, sustituyéndolo por uno que se adaptara y aceptara los intereses y resoluciones del gobierno chino.
El Pachen Lama es el personaje que funge como la segunda autoridad religiosa más importante y quien al mismo tiempo es el designado para encontrar las rencarnaciones del Dalai Lama.
En 2011 el Dalai Lama renunció a su cargo de líder político tibetano para solo ser reconocido como líder espiritual y religioso del Tíbet; esta estrategia dio lugar a que sus conferencias, pláticas y audiencias se alejaran de los tintes políticos que pudiera acarrear, es por eso que varias organizaciones alrededor del mundo hicieron eco de la lucha por la liberación del Tíbet, abogando por una vida digna y sin persecución de los habitantes del territorio de los Himalayas.
El limbo en el que vive el Tíbet seguirá por algún tiempo. Desde el exilio en la India, el Dalai Lama seguirá recorriendo el mundo compartiendo su sabiduría y viviendo con la esperanza que el Tíbet logre su autonomía. Los gobiernos no hacen mucho, pero varias organizaciones, más de 130 según algunos diarios, en todo el globo terráqueo han tomado la lucha por este pueblo que ha vivido la espiritualidad y la atrocidad del hombre. Alguna vez dijo el Dalai Lama: “Se dice que nuestro enemigo es nuestro mejor maestro”.
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