El hombre padece enfermedades de alto riesgo como hipertensión, diabetes, aterosclerosis cerebral, pancreatitis e insuficiencia renal
Existen dos teorías en torno a su recuperación. Una es efectividad de la llamada inmunización pasiva con transfusión de plasma sanguíneo y la otra es la batalla en contra “tempestad de citoquinas”
En China, un hombre de 86 años con 13 enfermedades crónica y coronavirus, logró recuperarse y se convirtió en una de las 300 mil personas curadas de covid-19.
La historia de este paciente fue compartida en la revista científica de la Asociación Internacional para Estudios de Cáncer de Pulmón, firmada por cinco médicos de las ciudades chinas de Guangzhou y Wuhan.
De acuerdo con los autores, el hombre cuya identidad no fue revelada, llegó al Hospital Universitario de Jianghan, el pasado 22 de enero con tos y fiebre. Su caso era especial porque tenía 13 enfermedades de alto riesgo como hipertensión, diabetes, aterosclerosis cerebral, pancreatitis e insuficiencia renal.
Siete días después de su ingreso fue diagnosticado con coronavirus y una tomografía mostró señales que pueden ser asociadas a una neumonía en los dos pulmones.
Para este paciente, los médicos implementaron diversos tratamientos para controlarlo. Una asociación de un medicamento para combatir la infección, otro contra el virus en sí y un tercero a base de corticoide (metilprednisolona) para evitar lo que se llama “tempestad de citocinas”, sustancias que modulan el tamaño de la respuesta inmunológica del cuerpo contra un invasor. Dicha tempestad es, en realidad, una reacción exagerada de defensa del cuerpo para combatir el patógeno.
En algunos casos de covid-19, implica una cantidad desproporcionada de células en los pulmones que acaba obstruyendo las vías aéreas e impidiendo la transferencia de oxígeno para el flujo de sangre. Es como si los pulmones acabasen inundados y sofocados.
Según especialistas, esa respuesta inmune exagerada ha sido una de las principales causas de muerte de pacientes (principalmente los jóvenes) de coronavirus. Aún se desconoce por qué algunas personas presentan esa “tempestad de citocinas” y otras no, destacó la BBC.
Además de una inyección en vena de inmunoglobulina, producida a partir del plasma sanguíneo de otros donantes y utilizada para fortalecer el sistema inmunológico.
El tratamiento basado en anticuerpos de personas que han sido curadas, utilizado experimentalmente en China durante la pandemia, es una de las alternativas más prometedoras de las que se encuentran siendo estudiadas contra covid-19.
Existen decenas de sustancias bajo estudios clínicos alrededor del mundo en la búsqueda de un tratamiento que funcione contra el nuevo coronavirus, pero ninguno llegó a una conclusión sobre su efectividad.
Una de esas fases es la realización de una prueba clínica controlada aleatorizada, considerada el estándar de oro de la investigación científica.
En ella, los pacientes se eligen al azar para evitar un sesgo de confirmación (una tendencia a interpretar u orientar los resultados de una manera que confirme la hipótesis inicial o las certezas del investigador).
Por lo tanto, este caso aislado de curación del paciente de 86 años con 13 comorbilidades no puede tomarse como prueba de que este enfoque funciona. Lo mismo aplica para los casos de pacientes que vencieron la enfermedad después de recibir otros medicamentos experimentales.
Alrededor de la recuperación de este paciente, existen dos teorías. Una es la posible efectividad de la llamada inmunización pasiva con transfusión de plasma sanguíneo, que utiliza anticuerpos de otras personas, y la segunda es un posible camino en la batalla contra la “tempestad de citoquinas”, que ganó fama durante la gripe española entre 1918 y 1920, al matar a muchos jóvenes.
En el caso de los adultos en estado grave, una respuesta inmune exagerada parece hacer más daño que beneficio, causando una falla orgánica múltiple.
No obstante, los niños con un sistema inmunitario más inmaduro, suelen ser menos capaces de crear tempestades de citoquinas para combatir las infecciones virales.
Ese cuadro de reacción desenfrenada también puede explicar por qué la obesidad es uno de los factores de riesgo para covid-19.
“Hay estudios en animales y humanos que muestran, en casos de obesidad, una mayor secreción de citocinas, que son sustancias inflamatorias producidas por diferentes células del cuerpo y que modulan las células que defienden al cuerpo de las infecciones”, concluyó Oscar Cingolani, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en EU.
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