Los médicos le confirmaron que tenía un tumor en el esófago
Su enfermedad es incurable y solo tiene algunas semanas de vida
Garry Holmes, un hombre británico de 49 años, acudió al hospital porque tenía una gripe muy fuerte y terminó siendo diagnosticado con un cáncer terminal.
Los médicos le explicaron que su enfermedad era incurable y que tenía solo algunas semanas de vida.
“No estaba preocupado, pero el médico me dijo que había muchas ‘banderas rojas’ (indicios de cáncer). Me reí y dije que no era cáncer. No me molestó porque pensé que estaba equivocado”, declaró en una entrevista para The Sun.
Tras realizarle una serie de exámenes médicos, entre ellos siete biopsias, los especialistas le confirmaron que tenía un tumor en el esófago y que también ya se había extendido al esófago, destacó La República.
Holmes tiene cinco hijos y ahora trata de pasar la mayor parte del tiempo con ellos y su esposa.
La familia tiene pensado celebrar su boda, próximamente.
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