Por Francisco Hernández Mercado
@DFranciscoH
Contraproducente les ha salido a los señores taxistas el manifestarse en contra de Uber en distintos puntos del país. Son 2 las principales cosas que han logrado con los incidentes, marchas y bloqueos que han protagonizado. La primera, incrementar hasta en un 500% el número de usuarios de esta aplicación, consecuencia de la publicidad que involuntariamente le han hecho los enfurecidos taxistas. Cada vez es más la gente que escucha hablar de Uber, que se entera qué es y cómo funciona, que lo utiliza y que lo recomienda. La segunda, Uber es una plataforma tecnológica a través de la cual se brinda en este caso un servicio privado de transporte con chofer, que ha aprovechado las lagunas legales de nuestro país para poder asentarse. La presión ejercida por los gremios de taxistas y sus poderosos y pudientes líderes por sacar a Uber de circulación, solo ha provocado que se dé un cambio “express” en legislaciones locales para “regularlos” y disminuir en gran medida los conflictos.
Esta “regulación” de la que hablo se dio recientemente en la Ciudad de México donde los operadores que utilicen aplicaciones como Uber, Cabify, EasyTaxy y Yaxi deberán obtener un permiso con vigencia anual para prestar el servicio de transporte privado. Todas las plataformas tendrán que realizar un pago único de $4, 617 pesos y los socios que quieran ser parte de sus plataformas deberán pagar $1, 599 pesos cada año, además de esto, los vehículos que pueden ser registrados deben tener: bolsas de aire delanteras, aire acondicionado, cuatro puertas, calcomanía cero, cinturones de seguridad para todos los pasajeros, estéreo y portar identificación en el interior del vehículo. Su precio deberá ser de al menos 200 mil pesos de acuerdo al costo de factura de origen.
Adicionalmente tienen la obligación de aportar el 1.5% del costo de cada viaje realizado para el “Fondo para el Taxi, la Movilidad y el Peatón” que en teoría servirá para impulsar proyectos de movilidad sustentable, así como iniciativas que promuevan la seguridad vial, sobre todo la de los peatones. Todo esto sumado a los requisitos que de un inicio pide Uber para sus vehículos, socios y choferes. Incluso en Puebla, el Gobernador Rafael Moreno Valle ha enviado recientemente al congreso una iniciativa similar para poder contemplar a Uber dentro de su Ley de Transportes y permitirle operar aportando el 1% de cada viaje para destinarlo a parques y jardines y/o temas de movilidad.
Según el “Estudio de Consumo de Medios y Dispositivos entre Internautas Mexicanos” del Interactive Advertising Bureau (IAB), en todo México, el 55% de la población (66 millones) son usuarios de Internet y de éstos, 68% (casi 45 millones) tienen un Smartphone, cifra que puede significar el potencial mercado de esta y otras aplicaciones.
Para trabajar bajo el esquema de Uber, los conductores deben tener una certificación que valide que están realmente capacitados para ofrecer el servicio. Obtener esta certificación requiere aprobar más de 9 evaluaciones entre exámenes psicométricos, psicológicos, de confianza y conocimiento de la ciudad que son los que hasta cierto punto garantizan que el servicio sea seguro. Aquí se les llama “Socios” (Dueños del vehículo) y “Choferes” (aquellos que no cuentan con vehículo propio). Un Socio deberá tener un vehículo certificado con las condiciones que establece Uber y puede, si lo desea, contratar a choferes certificados que pueden elegir dentro de un catálogo digital.
Uber cobra una cuota de 20% del dinero generado por un vehículo uberX y UberBLACK, y 28% por uberSUV. Con esta cuota de acuerdo con su portal de internet http://sociosgdl.com/ se cubren gastos operacionales, el mantenimiento de la plataforma y gastos incurridos en la atracción de nuevos usuarios. El Socio gana aproximadamente el 80% del costo total de cada viaje si es que él mismo trabaja el vehículo. Los Choferes regularmente se llevan mínimo un 30% y el resto va para el Socio quien a su vez le tiene que dar su porcentaje a Uber. En algunos casos hay acuerdos en los que el Chofer puede llevarse el 50% de cada viaje, con la condición de hacerse cargo de la gasolina, mantenimiento del vehículo, pago del seguro y compra de botellas de agua que se ofrecen a los pasajeros. Todo depende del acuerdo con el que llegue con el Socio. Por lo tanto, la ganancia depende al igual que en el taxi de la cantidad de horas que se trabaje y la cantidad de usuarios que se atienda. Los Socios al ser dueños de los vehículos, tienen la opción de trabajar las horas que deseen si es que quieren trabajar el vehículo, en caso contrario los Choferes tienen una carga laboral de mínimo 10 horas.
El servicio de Uber está dirigido a aquellos que tienen un Smartphone con plan de datos y que además estén registrados en la aplicación junto con la información de una tarjeta de crédito o PayPal. Por lo tanto es un servicio de transporte privado y no público como el de los taxis que pueden ofrecer el servicio a cualquier persona en cualquier parte de la ciudad sin distinción o restricción alguna. Uber al recibir directamente los pagos de las tarjetas de crédito, difícilmente puede incurrir en evasión fiscal a diferencia de los amarillos, por lo tanto Uber puede emitir facturas a sus usuarios y los Socios pueden de sus ganancias deducir impuestos al ofrecer como prestación el pago del seguro social de ellos mismos y/o del Chofer.
Si nos sentamos a hacer números, encontraremos que Uber tiene tarifas un poco más accesibles que los taxis (claro, la de aquellos que usan taxímetro). Entonces, ¿por qué se quejan los taxistas? Los que realmente sienten que les están “comiendo el mandado”, son los taxistas meramente de sitio. Sí, aquellos que regularmente calculan sus tarifas con métodos que solo dios sabrá cómo. Ellos son los principales indignados por la supuesta competencia desleal, pero lo que pasa tiene trasfondos económicos más turbios que no se ven a simple vista.
En la Zona Metropolitana de Guadalajara, todo taxi pertenece a algún sitio, independientemente si se dedican a hacer “base” en su sitio o si recorren cualquier punto de la ciudad levantando pasaje. Actualmente existen 134 sitios de taxi que suman un total de 12,098 unidades de acuerdo con el Director de Sitios y Transporte Especializados de la Secretaría de Movilidad.
Platicando con uno de los taxistas del Sitio 22 (Minerva) me comentó que los dueños del taxi o de la concesión, pagan $400 pesos al mes al líder del sitio para cubrir gastos que incluye los servicios administrativos del sitio: agua potable, luz, baños, teléfono y la oficinista. Si no son dueños del vehículo pagan $270 pesos al día al dueño del taxi por dejarlos trabajar. Obligatoriamente son turnos de 12 horas y para ser parte de este “ambiente laboral” solamente se entra con recomendación de algún buen allegado al líder del Sitio. De los 207 vehículos registrados en este sitio, solamente aporta el que quiere registrarse y ser parte de esa base, así que eche a volar su imaginación y haga sus cuentas.
El lunes 27 de Julio, Hugo Ignacio Velasco López sacó una petición en la página Change.org (http://chn.ge/1Ud6VBa) para juntar firmas dirigidas al nuevo Secretario de Movilidad, Servando Sepúlveda y al Gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval, pidiendo de cierta manera la regulación de Uber. La meta era 25 mil pero a la fecha se ha rebasado las 50 mil y ahora van por las 75mil firmas.
Qué bonito es no tener competencia a la hora de brindar un servicio, si no pregúntenle a Carlos Slim. La intervención de las autoridades no debe ser para cazar a las unidades de Uber por estar fuera de la ley porque en ese caso también deberían hacer operativos para sacar de circulación a los 6,478 taxis cuyos permisos están vencidos y la Ley de Movilidad y Transporte del Estado de Jalisco en sus artículos 146 donde se establece toda una lista de causales (que seguro usted ha sido testigo de más de alguna) incluyendo este por los cuales según el artículo 147, se puede iniciarse procedimientos administrativos para retirarles el derecho a proveer el servicio.
Los taxistas no deben sentirse amenazados por Uber porque los servicios que ofrece cada uno son diferentes, uno es público y otro privado, aunque es indudable que deben modernizarse. Los esfuerzos de la autoridad también deberían ir encaminados a ponerle un alto a los abusos de los taxistas, a exigirles que ofrezcan las condiciones mínimas de calidad con tarifas justas a cualquier hora del día y de la noche mismas que marcan la ley. Incluso plataformas como EasyTaxy y Yaxi trabajan con taxis convencionales bajo condiciones de calidad parecidas un tanto a las de Uber.
Algo es indudable, hay intereses de por medio de unos cuantos políticos y líderes gremiales que tienen un buen número de concesiones de taxi y que han ejercido presión con diversas autoridades para que hasta el momento haya solo en el discurso voluntad de permitirle operar a Uber dentro de la ley. La gente ya habló y si quiere el Gobernador terminar con un conflicto que puede hacerse más grande, debe pedir que se legisle sin brindar privilegios ni a uno ni a otro lo más pronto posible para poder generar las condiciones de apertura en un mercado de oferta y demanda en el que al final el usuario es el que debe tener derecho a elegir qué tipo de transporte es el que quiere utilizar.
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