Los artesanos se niegan a abandonar esta forma de sustento.
En una época fueron muy famosos, pero ahora se prefieren de marcas de prestigio o asiáticos.
Mientras la Selección Mexicana prefiere entrenarse con balones Adidas, en Chichihualco, Guerrero, continúa una bella tradición que consiste en hacerlos artesanalmente.
En este lugar enclavado entre espesas montañas se puede ver a los artesanos trabajar a todas horas, zurciendo el vinilo.
Este poblado vive desde hace medio siglo del futbol gracias a sus legendarios balones, que en su mejor época llegaron hasta canchas de primera división y del Tri.
Lamentablemente, se han visto empañados por la competencia asiática, el narcotráfico y la emigración a Estados Unidos.
Ahora las hermosas pelotas terminan en mercados populares o canchas de futbol amateur.
Pese a tener todos los pronósticos en contra, muchos de los 25 mil habitantes de Chichihualco se aferran a su ancestral sustento aunque ya no sea el floreciente negocio de antaño.
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