Dentro de un panorama social repleto de escepticismo, violencia y poca motivación para votar, se llevó a cabo la jornada electoral 2015.
En un trance histórico en el que la estabilidad social de México se encuentra rebasada por la violencia y la corrupción, millones de ciudadanos salieron a votar o anular la boleta y otro tanto de millones más, que representan la mayoría del país, no hicieron ninguna de las dos.
Estas elecciones nos recordaron el rezago democrático del país.
Algunos lugares tuvieron la suerte de tener en apariencia, buenos candidatos de contendientes pero en otros, la vía electoral simplemente dejó de ser desde hace mucho tiempo una opción.
Una parte de la ciudadanía todavía le apuesta a la vía electoral como el camino para el cambio social, económico y político en el país y precisamente esta apuesta totalitaria, es lo que ha provocado el fracaso constante de nuestra sociedad.
La historia nos cuenta que si no hay participación y atención ciudadana, los gobiernos tienden a la putrefacción. Celebremos que en lugares como Nuevo León y Guadalajara se “sacó” al PRI, al mismo tiempo en que definimos qué posturas vamos a tomar al respecto. ¿Cómo se va comportar el pueblo con un gobierno de oposición que en teoría, pinta para ser mejor que el anterior?.¿Apático o activo?.
Recordemos que los que verdaderamente ostentan el poder, nunca se presentan a elecciones y es de estas cúpulas de donde emanan los intentos de desestabilización hacia los gobiernos de oposición, cuando ven afectados sus intereses particulares. Venezuela, Ecuador, Bolivia y otros muchos países, sobretodo de Latinoamérica son testigos de este comportamiento oligárquico.
El mayor error sería dormirnos en nuestros laureles. No hay cambio que no se consolide sin la participación y la voluntad del pueblo para que se logre ese cambio. Implica cambio de actitud, de comportamiento y de estilo de vida desde lo que parece banal y no tan importante.
Aplaudo los triunfos de Enrique Alfaro en Guadalajara y Pedro Kumamoto en Zapopan, incluso el de Jaime Rodríguez “El Bronco” con todo y su reciente pasado priista, pero todavía está por verse de que son capaces ellos y nosotros como sociedad para respaldarlos cuando sea necesario y exigirles cuando así se requiera.
Los triunfos de Morena en DF, Movimiento Ciudadano en Jalisco y el del “Bronco” en Nuevo León, pudiesen ser considerados un “duro” golpe para el PRI pero la realidad es que en el Congreso de la Unión, en la mayoría de las Gubernaturas de los Estados y en la Presidencia siguen siendo quienes controlan el poder y el objetivo debe ser a grandes rasgos, quitárselo.
Esta revolución tiene muchos frentes, elige en donde quieres estar y define qué es lo que vas aportar. Me queda claro que en muchos, ya comenzó el cambio en sí mismos, pero si este cambio no es colectivo y la sociedad no se involucra, no va pasar nada.
De cualquier manera, gane quien gane, voten o no voten, la situación del país requiere de más que las elecciones para salir adelante.
Los muros sí caen pero todavía faltan muchos por tirar.
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