Después de una semana de permanecer en estado de coma, Gustavo Ortega Pérez, de 23 años, falleció esta mañana a raíz de los impactos que recibió –uno en la cabeza y otro en la espalda– por parte de efectivos del Ejército Mexicano desplegados en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
De acuerdo con la denuncia que interpuso la esposa de la víctima, Dafne de la Cruz, el pasado domingo 15 los militares acusaron a Ortega Pérez de “haberlos agredido a balazos y después de una persecución le dispararon hasta dejarlo herido de gravedad”.
Detalló que luego de recibir los balazos, su esposo fue ingresado al Hospital General bajo resguardo militar, obstaculizando la visita de los familiares.
El presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CDHNL), Raymundo Ramos Vázquez, destacó que visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) tomaron nota de la queja y constataron que soldados pertenecientes al 16º Regimiento de Caballería Motorizada pusieron trabas al trabajo de los médicos que atendían al herido.
“El personal militar se dedicó a obstruir la atención del lesionado e intimidar al personal de enfermería, médicos y familiares, una vez que ante la falta de medicamentos se determinó trasladarlo al Hospital de Especialidades de la entidad”, precisó.
Según el activista, el deceso de Gustavo Ortega es el primero que se registra por ejecución extrajudicial en Nuevo Laredo en lo que va de 2015, pero la Procuraduría General de la República (PGR) “se ha negado a abrir una averiguación previa, pese a que le correspondería hacerlo de oficio desde el momento en que ocurrieron las lesiones”, subrayó el activista.
Con el caso de Gustavo Ortega, el CDHNL ha registrado 12 ejecuciones extrajudiciales cometidas por militares desde marzo de 2009.
Hasta ahora la única instancia que ha intervenido es la CNDH, que abrió un expediente de queja, concluyó.
Tomado de Proceso
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