El padre y activista lleva 12 años trabajando con migrantes
“Saben perfectamente que soy de las principales personas que están haciendo una crítica muy puntual y constantemente a este gobierno”, acusó Solalinde
El padre Alejandro Solalinde lleva 12 años trabajando en la atención y defensa de quienes cruzan México con dirección a Estados Unidos, además de ser el fundador del albergue “Hermanos en el Camino”, ubicado en Ixtepec, Oaxaca, así, dice, fue gracias a la población migrante con la que aprendió sobre la violencia e impunidad que se vive en el país.
“Cuando empiezo a trabajar con ellos, y a no sólo verlos como víctimas, sino también a ver por qué eran víctimas y quiénes eran los victimarios, empecé a analizar la situación, y de ahí empecé a crecer como misionero, como activista o voz profética, y empecé a fortalecerme y a tener el valor de decirle a los poderosos, a los ricos, a los de arriba, a los victimarios, a decirles lo que estaban haciendo, y también defender a los migrantes y a las víctimas”, narró el sacerdote de 71 años.
“Pero en los últimos años he ido radicalizando mi discurso, ante el endurecimiento, la simulación y ahora el cinismo de este gobierno”, comentó en entrevista para el portal SinEmbargo.
Desde el gobierno de Felipe Calderón, el cual se caracterizó por un acelerado aumento en el número de asesinatos, secuestros y extorsiones, el padre comenzó a llamar la atención sobre la vulnerabilidad que la delincuencia organizada representaba para la población migrante.
“A lo largo de su viaje, muchas de estas personas son víctimas de asaltos, agresiones físicas y sexuales, abusos de autoridad, extorsiones, secuestros cometidos por parte de bandas delictivas y de la delincuencia organizada y, también, por autoridades públicas como policías de los distintos niveles y agentes del Instituto Nacional de Migración”, señala la portada de la página electrónica del albergue.
Señalaron que desde 2014, la aplicación del Programa Frontera Sur no sólo ha forzado a caminar a quienes antes llegaban a México en el tren de carga llamado “La Bestia”, sino que también “ha iniciado una cacería indiscriminada de migrantes, aumentando los riesgos del camino”.
A pesar de haber recibido amenazas desde 2008, Alejandro Solalinde ha sido firme con sus críticas al sistema político y su trabajo de asistencia y defensa de migrantes, ya que de acuerdo con la organización Amnistía Internacional, un grupo de policías, habitantes y el alcalde de Ixtepec lo amagaron con prenderle fuego al albergue si no lo cerraba.
Además, ha acusado de racismo al Instituto Nacional de Migración mexicano, mientras que en la administración del presidente Peña Nieto ha cuestionado la actuación del gobierno federal en la investigación por la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.
“El gobierno sabe muchas cosas; si está reteniendo la verdad, es su responsabilidad, hay que decirlo: este manejo ya se contaminó y su manejo no es de justicia, es político”, dijo en 2014, cuando sucedieron los hechos.
Gracias a esto, el pasado viernes 10 de marzo, los medios de comunicación dieron a conocer que el Comité Noruego había aceptado su nominación al Premio Nobel de la Paz, propuesta por la Universidad Autónoma del Estado de México, alma máter del presbítero.
Lo anterior representa un “golpe” para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
“El hecho de que el Comité del Nobel haya aceptado mi postulación para el Premio Nobel de la Paz es un golpe, es un trancazo para este gobierno y para este sistema corrupto reconocido en todos lados, porque saben perfectamente que soy de las principales personas que están haciendo una crítica muy puntual y constantemente a este gobierno”, aseguró el sacerdote.
“Es un reconocimiento también a la parte de México que está luchando por los derechos humanos contra esta crisis de derechos humanos que vivimos”.
Solalinde dijo que las políticas públicas de las últimas décadas se han caracterizado por las privatizaciones y el bajo crecimiento, lo que ha venido a aumentar parte de la crisis en derechos humanos, por lo que las elecciones federales de 2018 podrían representar una oportunidad para acabar con ello.
“Estos años han servido para fomentar este modelo neoliberal capitalista que ha generado una gran miseria, una gran pobreza, una enorme desigualdad y también mucha violencia, porque desde Felipe Calderón a la fecha no ha parado la violencia”, acusó.
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