El ataque aéreo fue hecho con gas cloro
De acuerdo con los últimos reportes de las ONG, las víctimas podrían llegar a ser más de 100 personas
Decenas de personas, entre ellas niños y mujeres, murieron en el peor ataque con armas químicas que haya sucedido en Siria, el cual sucedió en la parte norte, en una provincia llamada Idlib, dieron a conocer testimonios de médicos, rescatistas y testigos.
Además, según señalaron varias fuentes, dicho ataque es responsabilidad del mismo gobierno.
Por si fuera poco, después de que las víctimas fueron trasladadas a una clínica para recibir tratamiento, ésta fue blanco de un nuevo ataque aéreo unas horas después.
De acuerdo con las fotografías y videos que fueron subidos a redes sociales por activistas y residentes, se observan a niños y adultos ahogándose y con dificultades para respirar, mientras otros están tirados en el suelo, inmóviles, por lo que los rescatistas les echan agua con mangueras.
En las imágenes se ve cómo al menos unos 10 cuerpos de niños están apilados en el suelo debido al ataque que al parecer ha sido el más catastrófico desde agosto de 2013, fecha en la que murieron mil personas por el uso de gases.
A pesar de esto, el presidente de Siria Bashar al-Asad había asegurado deshacerse de todas las armas químicas que, incluso, negaba tener en su poder.
Sin embargo, desde esa fecha la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, que monitoreaba el desarme, señaló que el gobierno sirio había utilizado el gas cloro en al menos tres ocasiones en 2014 y 2015, por su parte, rebeldes, doctores y activistas acusaron otros ataques con gas cloro, incluso durante las últimas dos semanas de marzo.
Después del ataque, el gobierno de Donald Trump dijo que la salida del presidente sirio no era su prioridad, ya que el propósito de Estados Unidos es combatir al Estado Islámico.
Además, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer comentó que “no hay una opción fundamental para un cambio de réfimen” en Siria debido a la “realidad política” de dicho país.
Por su parte, la Unión Europea y el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan condenaron dicho ataque, culpando al gobierno de Asad. Por ello, Francia pidió una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Un ataque distinto
A pesar de que el uso de gas cloro ya es algo “común” en el norte del país, los testigos del hecho señalaron que esta vez había sido distinto.
Por lo regular las personas son atacadas en lugares delimitados, por lo que el gas desaparece rápidamente, pero ahora, las personas cayeron al suelo en diferentes zonas en mayor número.
Otro punto a considerar fue que los síntomas fueron distintos: hubo una contracción de las pupilas que caracteriza el uso de agentes nerviosos y otras toxinas prohibidas. Un médico publicó un video en el que el ojo del paciente tiene una pupila del tamaño de un punto.
Así, un rebelde narró que cuando llegó al lugar se desmayó:
“Cuando manejaba contra el viento comenzaron a arderme los ojos y sentía que me sofocaba”, recordó. “La gente estaba corriendo y colapsando en el piso. Fue una escena cruel. En ese momento me desmayé”.
Comentó que cuando despertó una hora después en una clínica vio a niños por todas partes, “algunos muertos y otros esforzándose para respirar. El sonido que hacían era fuerte; echaban espuma por la boca”. Sumado a ello, los afectados sufrían de espasmos y parálisis.
Lee la nota completa en The New York Times
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