Hoy en México se vive uno de los momentos más críticos como sociedad de los últimos años. Ayotzinapa ha unificado posturas respecto a lo que sucede en el país y ha involucrado a muchas más personas en temas a los que se habían negado a “entrarle”, como es la política y la violencia.
Las redes sociales están siendo el motor que mantiene encendido este movimiento, al mismo tiempo en que crece el descontento con el Gobierno desde muchos frentes y ya comienzan a presentarse acciones radicales durante las protestas, como el fuego en la puerta de Palacio Nacional, que más parece otro show montado para justificar detenciones policíacas y ahuyentar a la población de las manifestaciones.
Por otra parte, hay grupos que comienzan con señalamientos acerca del excesivo uso de Facebook o Twitter, acusando de falta de acción verdadera respecto a la sonada inconformidad y es cierto, pero también es una trinchera que viene en ascendencia popular como medio de expresión.
Ahora es cuando podemos restablecer las cualidades que en algún momento nos hicieron pensar que México se convertiría en una gran Nación. Si lo que se busca es una revolución “sin violencia”, entonces se tiene que limpiar al Estado Mexicano en medida de lo posible y entender que el pensamiento revolucionario no es una moda, es un estilo de vida.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Manuel Tenedor
@ManuelTenedor
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