Existen dos etapas en la muerte: la etapa clínica y la etapa biológica
La muerte natural es un proceso en el que poco a poco comenzamos perder nuestros impulsos y los sentidos
¿Te has preguntado cómo se sentirá morir? Cómo es que tu cuerpo deja de funcionar y poco a poco dejamos de existir, pese a que es un proceso natural e inevitable, existen mucho enigmas en torno a la muerte que siguen sin ser revelados.
Morir es un proceso, y uno donde hay muchas áreas grises porque todavía hay mucho que no sabemos.
La muerte puede estar definida por dos etapas. La primera es en la conocida como “muerte clínica”, es decir, ésta ocurre cuando el latido cardíaco, la respiración y la circulación se detienen, pero las células de tu cuerpo siguen vivas. Minutos después ocurre la “muerte biológica”, la cual se da cuando las células cerebrales han comenzado a morir y la reanimación es imposible.
Ahora que comprendemos el proceso de la muerte, nos preguntamos ¿qué se siente morir?
De acuerdo con el doctor James Hallenbeck, un especialista en cuidados paliativos de la Universidad de Stanford, nuestros últimos días en la Tierra son lo que se conoce como la fase de “agonía activa”. Poco a poco comenzamos a perder nuestros impulsos naturales y la mayoría de los sentidos. Hallenbeck describe que las cosas suceden en este orden:
1. Dejas de tener hambre.
2. Dejas de tener sed.
3. Dejas de ser capaz de hablar.
4. Dejas de ser capaz de ver.
5. Dejas de ser capaz de oír.
6. Dejas de ser capaz de sentir contacto.
Otros efectos secundarios incluyen la falta de aliento, depresión, ansiedad, fatiga extrema, confusión mental (probablemente debido a la falta de oxígeno), estreñimiento o incontinencia y náuseas. Tu cerebro, básicamente, está sacrificando lentamente las funciones menos críticas para perpetuar su supervivencia. Incluso tu piel comenzará a mostrar signos en su desaparición. Se pondrá fría, se convertirá en un gris azulado claro.
Los cambios en tu organismo serán más evidentes. Tu respiración llevará un sonido perturbador en la parte de atrás de tu garganta, tendrás dificultades para toser o tragar alimento.
De acuerdo con los especialistas, el proceso de muerte natural no duele pese a que suena desolador y terrorífico. Aunque ellos no están seguros del dolor que siente un paciente cuando está apunto de morir.
Justo cuando tu cuerpo comienza a ir en línea plana, tu cerebro hace todo lo posible para preparar su conciencia para el gran salto al más allá. En sus momentos finales, muchas personas tienen experiencias fuera del cuerpo, una cita con familiares en un lugar tranquilo, una sensación de mayor conexión con el universo y, por supuesto, ver la clásica luz brillante al final del túnel.
Un estudio, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, comparó los estados mentales de los enfermos terminales y los presos en el corredor de la muerte con los de las personas que se les dijo que se estaban muriendo.
Sus hallazgos sugieren que cuanto más cerca estás de la muerte, más positiva es la perspectiva que se tiene sobre ella. Tal vez sea porque uno se vuelve más receptivo a la muerte cuando es menos abstracto y tiene que enfrentarse a la realidad de la misma. O tal vez es porque estás teniendo sueños y visiones pacíficas.
En un estudio realizado en un centro de hospicio en Buffalo, Nueva York, los investigadores encontraron que las personas que mueren tienen mucha más actividad de sueño de lo normal. El 88% de los participantes del estudio afirmó tener sueños o visiones que se sentían más reales que los sueños normales, y que a menudo llevan al estado de vigilia.
Una vez que comienzas a morir clínicamente, tu cerebro se pone en marcha – con una oleada de electricidad y picos de actividad en varias regiones a través del cerebro, libera neuroquímicos que lo excitan mucho más allá de lo normal. Esto ocurre cuando todas esas experiencias de la “luz blanca brillante” ocurren.
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