La pareja se negó a que su hija recibiera atención médica por una cuestión religiosa
Fueron condenados a siete años de prisión por homicidio
Los padres de una bebé recién nacida que murió por falta de atención médica, en el 2017, fueron declarados culpables por los delitos de homicidio por negligencia y destrato criminal el pasado lunes por una corte de Oregon, en EU.
Sarah, de 25 años de edad, y su esposo Travis, de 22, dejaron morir a su pequeña hija Gennifer por una cuestión religiosa, ya que en la congregación a la que pertenecen, conocida como “Los Seguidores de Cristo”, rechazan la atención médica.
De acuerdo con la agencia AP, la madre de la pequeña dio a luz a unas mellizas, el 5 de marzo del año pasado. Tuvo un parto natural en su casa. Sin embargo, las niñas comenzaron a experimentar dificultades para respirar y en lugar de llamar al 911 para pedir una ambulancia, los padres de las menores avisaron a su congregación para que rezaran por la salud de las pequeñas.
Como consecuencia de estas complicaciones, Gennifer murió y su hermana Evelyn se salvó.
Tras el deceso de la pequeña, las autoridades abrieron una investigación y decidieron visitar las condiciones en que se encontraba el hogar en el que vivía.
Al llegar al sitio, un médico forense observó que la pequeña Evelyn también tenía dificultades para respirar, la tomó consigo y la llevó a un centro hospitalario donde le salvaron la vida.
Tras meses de investigación, Sarah y Travis fueron sentenciados a siete años de prisión. El abogado defensor leyó un comunicado en el que ambos dicen arrepentirse por no haber dado atención médica a su hija.
Esta no es la primera vez que una integrante de la familia deja morir a un niño. En el 2009, la hermana de Sarah, Shannon y su marido Dale Hickman dejaron morir a su hijo recién nacido, solo pudieron mantenerlo con vida nueve horas. También fueron condenados.
Además otro miembro de esta congregación religiosa también perdió a su bebé de 15 meses por oponerse a que recibiera atención médica. Los padres indicaron que habían dado al pequeño sanación por medio de la fe, pero no la visita de un profesional de la salud.
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