La censura de la publicación se basó en una norma promulgada en 1951
La revista salió durante la convocatoria que hizo el presidente Peña Nieto para debatir el uso de la marihuana medicinal
Bajo un amparo temporal es como funciona a revista Cáñamo desde el 2015, cuando la Secretaría de Gobernación (Segob) determinó censurar en su totalidad la publicación, pese a que ese año el mismo presidente Enrique Peña Nieto convocó a la sociedad mexicana a debatir sobre los pros y los contras de la legalización de la mariguana.
En ese tiempo, Miguel Ángel Osorio Chong estaba al frente de la Segob, y Cáñamo apenas comenzaba a circular, pero enseguida alarmó a los funcionarios de esa dependencia, quienes anunciaron que se pondría a consulta de diversas instancias, ya que, atentaba contra las “buenas costumbres” de la sociedad mexicana.
Leopoldo Rivera, editor de Cáñamo, señaló que la Segob les informó que revista podría ser ilícita, situación por la cual consultaron a la Procuraduría General de la República, a la Comisión Federal para Prevenir Riesgos Sanitarios, (Cofepris) y a la Comisión Nacional Contra las Adicciones.
Sin embargo, “ninguno de estos organismos tuvo una objeción real contra la revista, porque nosotros no promovemos el consumo, sino que difundimos información relacionada con la planta y la cultura que la rodea. No obstante, luego de este proceso de consultas, el gobierno federal decidió declarar ilícita la publicación y prohibir su circulación”, aseguró Rivera.
En abril de 2016, otra vez el presidente de la República presentó al Congreso de la Unión una iniciativa de reforma legal que buscaba por un lado autorizar el uso médico y científico de la mariguana, y por otro despenalizar el consumo personal.
No obstante, a finales de 2017, Osorio Chong, aún secretario de Gobernación, determinó que esta revista debía ser sometida a censura total, y prohibir definitivamente su venta.
Cabe señalar que dicha determinación se basó en una norma promulgada hace más de 66 años, en el Reglamento sobre Publicaciones y Revistas Ilustradas, el cual data de 1951, según el cual el gobierno puede censurar cualquier impreso que contenga “todo aquello que directa o indirectamente induzca o fomente vicios”.
Rivera insistió en que Cáñamo surgió en un contexto de debate, mismo al que convoco el presidente Peña Nieto, pero tres meses después de que se editó su primer número se iniciaron los procedimientos administrativos en su contra.
Tras dicha determinación, el equipo detrás de la publicación interpuso un amparo, el cual se le otorgó la juez Décimo Tercera de Distrito y tiene vigencia temporal, en tanto la juez determina si la prohibición de la revista decretada por Segob es legal o si se están violando los derechos de libre opinión, libre expresión y el derecho a la libertad de prensa, tal como consideran los editores de Cáñamo.
“Nosotros consideramos que éste es un atentado a nuestra libertad de expresión, y por eso interpusimos un amparo, el amparo se nos concedió, en tanto se da este periodo de revisión, en el que la juez consulta a las instancias involucradas, y una vez que ellos devuelvan sus observaciones, se turnará a un tribunal que tomará la decisión definitiva”, explicó Leopoldo Rivera.
Mientras tanto, Cáñamo lanzó a la venta dos nuevos ejemplares de la publicación, que fueron presentados al público este 25 de enero, lo cuales, a decir de sus editores, “no atentan contra la seguridad de nadie, ni contra la estabilidad del país, lo que nosotros difundimos es información, nada más.”
Con información de Animal Político
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