Estuvo a punto de hundirse por la fuerte corriente
Pero los habitantes de la isla ‘El Cuyo’ lo ayudaron y el navegante se dijo impresionado por todo el apoyo de los yucatecos
Hace un año y ocho meses, Carlos Balderas Ramírez Garrido salió en su velero de las Islas Canarias, España, para adentrarse en una aventura en altamar. Sin embargo, cuando pasó por aguas yucatecas, el mar desvió su camino.
El hombre de 78 años expresó que para él, el mar es “como una enfermedad”, pues lo apasiona, por ello quiso viajar con Jocker, su embarcación de 48 pies, con la cual estuvo por casi todo el océano Atlántico.
Hace una semana “iba de Cancún al puerto de Progreso, porque ahí pensaba pintar mi velero. El motor hace tiempo que dejó de funcionar, entonces sólo navegaba por medio de la velas (…) el clima estaba tranquilo, todo iba bien, pero de pronto el viento dejó de soplar”, narró Carlos.
Por lo anterior, el hombre se vio obligado a lanzarse al mar, pues la corriente empezó a subir y ya no pudo controlar el barco.
“Eso de que el capitán nunca deja su barco es mentira, yo en ese momento me quería salvar” dijo entre risas y agregó que entre su desesperación sólo tomó un chaleco salvavidas, una botella de agua y una lámpara.
Pero eso no fue una buena decisión, pues casi se hunde debido a las fuertes “olas negras de arena”. En ese momento vio que estaba cada vez más cerca de la playa, entonces subió de nuevo al Jocker, el cual quedó varado en la comunidad yucateca de El Cuyo.
Cuando llegó a la isla, los pescadores de la región de inmediato lo ayudaron, le ofrecieron techo y alimentos, además de tenderle una mano en la reparación del velero.
“Estoy impresionado por su apoyo. Me ayudan porque son hombres de mar, como yo, se dedican a la pesca, y juntos repararemos mi barco, para que pueda flotar de nuevo”, expresó el amante del mar quien se mostró agradecido con la gente de la isla.
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