Max había sido enviado a California para ser rehabilitado
El perro fue atendido, pero atacó a otras dos personas y tuvo que ser sacrificado
El perro pitbull que fue acusado de atacar y causar la muerte de un niño en Saltillo, Coahuila, en diciembre de 2016, fue sacrificado en California, Estados Unidos.
Max es el nombre del perro pitbull que atacó a Iker, un niño de tres años de edad mientras jugaba en la calle. Las heridas fueron tan graves que tras una semana de estar hospitalizado fue declarado con muerte cerebral y falleció.
El can fue puesto a disposición de elementos de la procuraduría estatal y encerrado en un centro antirrábico.
Mes y medio después, la Procuraduría de Coahuila informó que Max sería trasladado a la “Raúl Julia Levy Foundation”, en Malibú, California, para que especialistas en comportamiento animal trabajaran en su rehabilitación.
Esta noticia llamó la atención de los medios por ser el primer caso en el que un can no sería sacrificado, pese a que era culpable de la muerte de un menor, así lo dio a conocer la ADEPAC (Asociación para la Defensa y Protección de los Animales A.C.).
El nuevo dueño de Max, el activista Raúl Julia Levy, trabajó para defender la inocencia del perro y aseguró que no existían pruebas suficientes que comprobaran que el animal había agredido al menor.
Sin embargo, cuando el pitbull ya era atendido por especialistas en conducta animal en California, agredió a otras dos personas: la primer víctima fue una empleada de la fundación y la segunda fue Tracie Sorrentini, esposa de Raúl Julia, a quien el perro atacó en la cintura y el tobillo.
En entrevista para El Universal, Raúl Julia dijo que Max sí tenía conductas agresivas que adquirió en el antirrábico de Saltillo. Explicó que el ataque a su esposa se registró el día 5 de abril, cinco meses después de lo ocurrido con el niño, por lo que desde entonces el pitbull se encontraba en una perrera de Long Beach.
Después de esa agresión el activista y su esposa se separaron tras 7 años de relación.
https://www.facebook.com/RaulJuliaLevy/photos/a.10150993576201156.407617.240274281155/10154900180926156/?type=3&theater
Desde entonces se inició una segunda investigación en contra de Max y un proceso más para probar su inocencia.
No obstante, Max fue sacrificado hace 15 días sin que su dueño pudiera apelar la decisión, dado que su esposa era la única que podía otorgar el perdón al animal, y como no lo hizo, se decidió matarlo.
“Mi Max no fue un simple perro fue un héroe, un ser que vivirá en mi corazón por el resto de mis días y así lo voy a recordar. Luché hasta las últimas consecuencias para salvarlo y no pude, perdóname mi pequeño”, escribió Raúl este emotivo mensaje en sus redes sociales.
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