El pasado sábado, Rubén Espinosa, el fotoperiodista que huyó de Veracruz, del gobierno represor y asesino de periodistas, ecabezado por Javier Duarte, para refugiarse en la Ciudad de México fue hallado muerto y con huellas de tortura en su departamento. Veracruz se ha caracterizado por callar a todo aquel reportero que se atreva a señalarlo, hoy la cámara de Rubén está apagada.
Familiares de Espinosa lo reportaron como desparecido y avisaron a ARTICLE 19, quienes a su vez avisaron de manera formal a la Procuraduría General de la República (PGR), la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para que se activaran los protocolos de búsqueda y localización.
Rubén Espinosa, fotoperiodista de Proceso, Agencia Cuartoscuro y AVC Noticias, abandonó Veracruz tras agresiones en su contra. A mediados de junio pasado, Espinosa salió de Veracruz para refugiarse en el Distrito Federal. Amenazas y actos de hostigamiento obligaron al fotoperiodista a huir del estado. Un día antes de que fuera agredido encabezó el acto oficial de la recolocación de una placa en honor a la periodista Regina Martínez, asesinada en la misma entidad el 28 de abril de 2012.
En abril de 2013, la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos A.C. (AMEP) entregó a Duarte, un reconocimiento “por su compromiso con la libertad de expresión” y “por impulsar la creación de la Comisión de Atención y protección a Periodistas como un modo para fortalecer las libertades de expresión y prensa” a pesar de que el 28 de ese mismo mes se cumplía un año del asesinato de la corresponsal de la revista Proceso.
El homicidio de Rubén Espinosa marca un nuevo hito en la violencia contra la prensa en México. Es la primera vez que un periodista desplazado internamente es asesinado en el Distrito Federal. La violencia que había sufrido Espinosa era conocida públicamente, por lo que el homicidio del fotoreportero se produjo sin que las autoridades encargadas de proteger periodistas en este país movieran un solo dedo a favor de Espinosa. ARTICLE 19 ve con suma preocupación que la Ciudad de México deje de ser el refugio seguro el cual albergaba a decenas de periodistas desplazados.
Es inconcebible que en México haya, con el asesinato de Espinosa, 88 periodistas asesinados y las autoridades se atrevan a decir que están haciendo todo lo que pueden para proteger al gremio. Cuando la realidad es que la violencia contra la prensa crece –como indican los números– y con ella la impunidad en todos y cada uno de los casos.
El homicidio de Rubén vuelve a poner en el centro la situación de Veracruz y la negligencia de las autoridades locales para brindar protección a los periodistas. Hoy, dicha entidad, sigue siendo el lugar más peligroso para la libertad de expresión en toda América Latina.
Fuente: Artículo 19
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