El país está de cabeza, los brotes de resistencia y rechazo al sistema, han sido mermados mediante la violencia, el miedo y la impunidad. Suena a disco rayado señalar la irresponsabilidad de que gente incompetente lleve las riendas del país, pero seguimos viviendo las consecuencias de ello. Me queda claro que el cambio empieza por uno mismo, pero eso no es suficiente, se necesitan más voluntarios para cambiar a todo un país.
El individualismo nos ha dejado poco que presumir y tendremos que improvisar en el camino para reacomodar el desastre social del presente y así forjar un futuro distinto al pasado.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Manuel Tenedor
@ManuelTenedor
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