Hoy te pido, lector, por ocasión única. Hablar en primera persona. Y te ofrezco de antemano, una disculpa.
La semana pasada, José Rodríguez, aka El Koma, me nominó a realizar el #RetoSinAutos2014, mismo que consiste en andar todo un día en medios de transporte que no sean el auto privado, y aunque ese es un reto que forma parte de mi vida cotidiana –toda la vida me he movido en camión y desde hace 6 años muchos de mis trayectos son en bici-, lo acepté con gusto, como una oportunidad para mostrar las vicisitudes a los que los ciclistas nos enfrentamos en la calle todos los días. Este jueves lo cumplí.
Los trayectos de este día fueron en bici, y los del próximo 22 de Septiembre, que es cuando se conmemora el Día Mundial Sin Auto, serán todos en transporte público.
Lo de hoy, fue, primero contra el clima, pues como se puede ver en el video que acompaña a estas líneas, cuando comenzó el recorrido llovía un poco. Luego vinieron los baches, muchos, de esos que cuando es ciclista nuevo le duelen bien feo en su colita, pero conforme se pedalea se aprende a evitarlos levantándose del asiento para evitarlos. Después las alcantarillas, hay muchas, sobre todo en las avenidas que significan un riesgo porque entre barrote y barrote hay un espacio donde caben hasta 3 llantas de bici, así que hay que tomarlas con una diagonal correcta, si no, pelas. Y eso se complica si traes un coche a un lado.
Hubo también peatones y vehículos invadiendo la ciclovía, lo que obliga a bajar al arroyo vehicular y camiones de carga estacionados en el único carril disponible, o en doble en algunos tramos, lo que obliga a que aunque uno no quiera, tome los carriles de alta; y pocos trayectos en los que las vialidades rápidas con poco espacio obligan a subir a la banqueta.
A diferencia de lo que pasaba hace unos años, cuando la gente te echaba el coche encima o te maltrataba con pitidos y mentadas por invadir “su calle”, esta vez no hubo nada de eso y de hecho es cada vez más raro que suceda, lo que ya habla de un importante avance social. A regañadientes y poco a poquito hemos ido incorporando a la rila en el espacio público y le hacemos su campito. Incluso el transporte público fue muy amable, y eso que en algunos trayectos, ante el riesgo que implican vehículos saliendo de un estacionamiento o que abren la puerta para bajar invadiendo el espacio por el que circulas obligó a circular por medio carril y ellos, pacientes se fueron detrás y sólo uno avisó con su clutch que ahí va el golpe, pero no echó lámina, hasta que vio que me hice a un ladito.
De manera pues, que pese a la percepción popular, andar en bici en GDL es cada vez más seguro. Cierto es que sigue habiendo bicicletas blancas, pero insisto, la hostilidad al ciclista es, felizmente, cada vez menos.
Si ven el video, notarán que hago cosas que algunos consideran pecado del ciclista, pero que yo defiendo y que me permito enumerar.
1.- No uso casco. Hay quien considera eso algo suicida, pero yo creo que es una tontería cubrirte sólo un órgano vital y que otros de los importantes para la vida como el corazón, los pulmones, el estómago, los riñones o el intestino vayan sin protección. El riesgo es pues, para todo el cuerpo, y andar con armadura le quita la experiencia de libertad a la pedaleada. Lo que sirve para evitar accidentes es ponerse bien trucha, mirar a todos lados, indicar a autos y otros que se mueven en las calles cuando se da vuelta o pá dónde vas, con señas, miradas o con comunicación física o miradas. Eso lo aprendí en Ámsterdam donde casi nadie usa casco y todos se cuidan a todos.
2.- Uso audífonos. Hay cierta gente que se indigna porque para amenizar el viaje los ciclistas ponemos música sabrosa, lo que consideran una distracción, porque cierto es que el aire y los sonidos son una materia importante para la toma de decisiones inmediatas cuando uno anda en bici, pero prohibirlos o censurar que se usen es tan menso como decir que un conductor de auto se apendeja por ir oyendo el radio o el disco de su preferencia. Al volumen adecuado esa sensibilidad y reflejos, ese escuchar a tu entorno, no se pierde.
3.- Circulo por calles en sentido contrario. Obvio no son una avenida como Hidalgo o Vallarta, y obvio no son calles donde transita el transporte público cuyas unidades grandototas suelen abarrotar las calles. No, se trata de arterias pequeñas en los barrios, de las que, de hecho, son susceptibles para convertirse a la de ya, si el plan de movilidad no motorizada se aplicara en lo que se conoce como zonas 30, es decir calles tranquilizadas en las que sólo entra tráfico local y eso da chance a que tanto ciclistas como peatones circulen en ambos sentidos sin problema, eso lo experimenté en Berlin en casi todos los barrios.
4.- Circulo en banquetas. Ya sé que en este momento hay una histeria desatada en contra de los putos ciclistas que se trepan en la banqueta porque algunos no respetan al peatón en su propio territorio y han golpeado con el manubrio o han tumbado a más de alguno, pero si se hace con orden y respeto al peatón, yo defiendo es práctica. Y no es que me lo invente; lo vi en Europa y en algunas ciudades de Estados Unidos. Hay banquetas tan amplias como las de Vallarta, por ejemplo, en las que cabemos todos. ¿Hay malos ciclistas? Sí ¿Hay malos automovilistas? Simón y ¿Hay malos peatones? También. Son esos que abusan de que son amos y señores de las banquetas, caminan como vacas o de plano se paran a media acera bloqueando el paso de todo lo que por ahí circule, aunque se trate de otros peatones. Si todos nos portamos a la altura, las banquetas serán un paraíso, yo por eso cuando me subo y hay peatones lo hago pie a tierra y sin pitarles no apurarlos, solo yendo detrás de ellos hasta que pueda pasar.
5.- Voy grabando con el celular en la mano mientras pedaleo. Eso sí es injustificable y no lo recomiendo nadita. Lo hice porque con 6 años en bici me considero con cierto expertise para maniobrar con una mano y para documentar algunos aspectos del viaje, pero no lo recomiendo. No lo hago y no lo haré habitualmente.
En fin, esos son sólo algunos de los temas que me vinieron a la mente durante el trayecto de Chapultepec al Teatro Diana y del Diana a Belenes. Gracias por permitirme compartírselos y recuerden, este 22 de septiembre, aunque sea lunes, a dejar el auto, si tienen, en casa ¿vale?
Si quieren ver el video del trayecto y las tres personas a quienes nominé al #RetoSinAutos2014:
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Ricardo Salazar
@salazargdl
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