Explorador descubre restos de perezoso gigante de hace más de 10 mil años
Los primeros fechamientos arrojan una antigüedad de entre 10647 y 10305 a.C
En Quintana Roo fueron hallados los restos de un perezoso gigante en el fondo de un cenote profundo.
El animal fue identificado recientemente como una nueva especie a la que se nombró científicamente Xibalbaonyx oviceps.
El nombre es en alusión al inframundo maya identificado en las cuevas (Xibalba), a sus garras (onyx en griego) y a la forma de su cráneo, similar a la de un huevo (ovum en latín).
El explorador de cuevas Vicente Fito descubrió la especie en 2010 en el cenote Zapote, municipio de Puerto Morelos, en el área conocida como la Ruta de los Cenotes.
El cráneo y la mandíbula, así como nueve vértebras, tres huesos largos, tres costillas y siete garras fueron colectados en 2014, como parte de un rescate dirigido por la arqueóloga subacuática Carmen Rojas Sandoval, investigadora del Centro INAH Quintana Roo.
De acuerdo con una publicación de El Financiero, el resto del esqueleto yace aún en el cenote y se planea continuar con su colecta y estudio en 2018.
La especie fue bautizada como Pote, el perezoso de Zapote, y sus huesos llevaron una serie de tratamientos de conservación para deshidratarlos. Estos tratamientos duraron dos años, durante el primero se hizo un cambio muy gradual del agua original de cenote (agua dulce) por agua destilada, para en abril de 2015 comenzar su deshidratación de manera muy lenta, en cámaras con condiciones de humedad, luz y temperatura completamente controladas las 24 horas del día.
El proceso de rescate y estudio de los restos óseos de Pote estuvo a cargo de la maestra Carmen Rojas, con la destacada participación de la doctora Corina Solís, del Lema-UNAM, las biólogas Valentina Cucciara y Luz María Guzmán, los espeleobuzos Vicenzo Biroli, Ernesto Contreras, David Orozco y Mario A. Chávez.
Los primeros fechamientos arrojan una antigüedad de entre 10647 y 10305 a.C. (calibrado), y fueron realizados por el Laboratorio de Espectrometría de Masas (Lema) del Instituto de Física de la UNAM, mediante la técnica de carbono 14 por Aceleración de Espectrometría de Masas.
El esqueleto se encuentra casi completo, distribuido entre 50 y 55 metros de profundidad, por lo que se cree que el animal cayó cuando el cenote se encontraba seco, o posiblemente con un poco de agua a mayor profundidad.
Hasta hoy se han registrado 14 individuos de perezosos en 11 cuevas más, los cuales están aún por identificar.
Los perezosos gigantes han sido ampliamente documentados en Sudamérica, desde donde migraron hacia Norteamérica, arribando hace nueve millones de años.
En México, el perezoso gigante con mayor distribución es el Nothrotheriops shastensis, si bien el sureste muestra una importante diversidad.
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