El oso polar lleva más de 20 años en cautiverio.
Tiene diferentes afecciones y ya no quiere comer.
Arturo es el único oso polar de Argentina. Desde hace más de 20 años vive en el zoológico de Mendoza.
Actualmente el mamífero se encuentra delicado de salud, con pronóstico de reservado a grave, con una pérdida de apetito que le generó una disminución de su peso en los últimos días, y que se sumó a la pérdida de visión y olfato.
El animal también padece osteólisis del hueso nasal, es decir, desgaste del hueso que, presuntamente “se produjo por infección ocasionada por una combinación de bacterias y hongos, por lo que se realizó un tratamiento antibiótico específico prolongado”, según informaron autoridades del lugar.
En mayo pasado, la ambientalista Gabriel Flores presentó ante la legislatura de la ciudad una petición en la plataforma change.org con 420 mil firmas para trasladar a Arturo a una reserva de Canadá donde el entorno es más similar a su hábitat natural.
Sin embargo, el oso polar es un animal geronte, de casi 31 años, una edad muy avanzada para la especie, incluso en cautiverio, y “no se encuentra en las condiciones físicas necesarias para ser trasladado, lo que hoy pondría en riesgo su vida”.
Es así que el oso podría morir sin volver a ver la nieve.
Fuente: larazon.com.ar
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