El panista cayó en varios errores sobre lo que realmente ocurrió durante la deportación de Ana Laura
El candidato tuvo un encuentro con Ana Laura, en el que ella le explicó varias de las situaciones por las que pasan los migrantes
La historia que contó Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, sobre la deportación de una mujer mexicana es real, pero no es como él la contó, ya que mencionó varias imprecisiones, así lo confirmó el portal Verificado 2018.
“Acabo de estar en el albergue de Santa María la Ribera, con Ana Laura, absolutamente destrozada. La deportaron recientemente, se quedaron allá sus dos hijos, uno de 14, uno de 16, está condenada a 20 años a no poder regresar, no le permitieron ni siquiera hacer una llamada al consulado. Llegó aquí esposada de pies y manos, y lo que le dieron fue este costal para que metiera sus pertenencias”, dijo Anaya durante el segundo debate presidencial.
Sin embargo, el panista cayó en varios errores sobre lo que realmente ocurrió. Por ejemplo, la mujer no fue deportada recientemente, ya que el hecho ocurrió en septiembre de 2016, hace un año y ocho meses, cuando Ana Laura estaba a punto de abordar un avión con destino a México para regularizar su situación migratoria.
En ese momento llegaron agentes de Aduanas, quienes le hicieron firmar la orden de deportación que la obliga a estar fuera de Estados Unidos y “en minutos, Ana Laura fue deportada en el mismo avión que ella había pagado”. Es ahí donde está el segundo error, pues no la regresaron esposada de pies y manos.
Fue durante el encuentro que el candidato tuvo con Ana Laura, mismo que quedó videograbado, cuando ella le explicó, en tercera persona, las situaciones que viven los migrantes: “Llegan encadenados, ya que son vuelos privados que paga el gobierno norteamericano…”
“¿Es un vuelo comercial? ¿No son exclusivos para ellos?”, le preguntó Anaya, a lo que la mujer contesta: “sí son exclusivos para ellos. Vienen detenidos, todo el viaje, vienen esposados, porque cinco minutos antes de aterrizar es cuando se retiran las esposas de manos y pies”, detalló, sin incluirse en esta situación.
Es precisamente durante este encuentro en el que se evidencia el tercer error en el relato de Anaya, pues él y Ana Laura no se reunieron en un albergue, sino en un taller de serigrafía del colectivo Deportados Unidos en la Lucha, del que la mujer es precisamente una de las fundadoras.
Cabe señalar que en la Ciudad de México no existen albergues para personas deportadas, por ello fue que en diciembre de ese año fundó el colectivo Deportados Unidos en la Lucha, el cual en ocasiones da hospedaje a quienes no tienen redes de apoyo cuando son regresados al país.
La cuarta imprecisión es sobre el costal que mostró el panista durante el debate, ya que Ana Laura también relató dicha situación en tercera persona, pues dijo que el servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE, en inglés) se los da a las personas deportadas, y nunca dijo que el costal que le estaba entregando al candidato era el suyo.
“Nosotros (el colectivo Deportados Unidos) vamos al aeropuerto y le quiero enseñar la manera… esto es con lo que los manda ICE… Aquí al aeropuerto de la Ciudad de México llegan tres vuelos a la semana, los días martes, miércoles y jueves, las cifras oficiales son 135 personas. Y llegan sin nada, esto es lo único que les da ICE, con su número y este costal. ¿Qué pueden traer en este costal? Una muda de ropa. Esto es con lo que viene una persona a México”, explicó la mujer.
Este procedimiento de deportación referido por Ana Laura lo viven quienes pasan por un proceso de detención, juicio para expulsarlos, y que posteriormente son enviados a la Ciudad de México vía aérea.
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