Lapidaciones y decapitaciones. Puestos de control yihadistas en cada esquina.
La escuela ha sido prohibida. Incluso pequeños gustos, como el chocolate, son un lujo inasequible porque muchos no pueden trabajar.
Esta es la pesadilla diaria que vive la gente de al Raqa bajo el control de ISIS.
“Esta no es vida, no tenemos una vida”, le dijo una mujer en la ciudad recientemente al grupo activista, “Raqqa is Being Slaughtered Silently”, una de las pocas fuentes que obtiene información de la ciudad siria del norte.
Miles de civiles viven en la capital de facto del Estado Islámico. Gran parte de ellos no tienen nada que ver con el grupo terrorista.
Viven a merced de las leyes islámicas radicales de ISIS, incapaces de escapar debido a que las calles están cerradas y hay puestos de control, y conscientes de cada palabra que escriben en Internet, las cuales controla el grupo, le dijo RBSS a CNN.
El grupo dijo recientemente que en algunos barrios hay patrullas de mujeres de ISIS que han empezado a detener y a revisar a las mujeres.
Los castigos para quienes se salen de la línea son brutales, y pueden ser impuestos más allá de Siria.
Y junto con la violencia inimaginable y la tiranía en las calles, también está el horror de las bombas que caen desde el cielo.
La coalición dirigida por Estados Unidos comenzó a bombardear objetivos dentro de Siria, incluyendo a Raqqa, en septiembre de 2014.
Desde entonces, Rusia, Francia, y más recientemente, el Reino Unido, han enviado aviones de guerra dentro de Siria, con muchos ataques dirigidos al centro de ISIS.
La mujer de 27 años de edad, cuyo nombre no puede ser mencionado por su propia seguridad, dijo que su vecindario fue arrasado por bombas rusas y aunque gran parte todavía está en pie, ella comenta que ahora es un “pueblo fantasma” sin electricidad.
“No veo nada, en el cielo (hay) algunos drones”, dijo ella.
Francia –que aún se tambalea tras los ataques terroristas que mataron a 130 personas en París– atacó duramente a Raqqa en noviembre.
Los aviones de combate bombardearon un centro de control, un centro de reclutamiento, una base de almacenamiento de municiones y un campo de entrenamiento en la ciudad, informó hace unos días el ejército francés y algunos se preguntaban si ISIS abandonaría la ciudad.
Pero las bombas francesas podrían haber matado solamente a algunos de los militantes. El grupo terrorista se retiró de sus sitios a la expectativa de los bombardeos, le dijo RBSS a CNN. Las calles estaban vacías y los mercados estaban menos concurridos que lo acostumbrado.
Y aunque varias oficinas de ISIS fueron alcanzadas por los ataques –lo que forzó al grupo a moverse, le dijo el cofundador de RBSS, Abdelaziz al-Hamza, a CNN–, tal parece que los militantes no se moverán de Raqqa por ahora.
Uno de quienes no escapó fue Mohammed Emwazi, mejor conocido como “John el yihadista”, el terrorista británico enmascarado quien se burló del Occidente y se convirtió en portavoz de ISIS. Él fue identificado por la inteligencia de Estados Unidos y fue asesinado en un ataque aéreo en noviembre.
Muchas edificaciones civiles permanecen de pie, añadió, y los combatientes de ISIS han estado usando a los civiles como escudos, viviendo en los mismos edificios y usando las escuelas como cuarteles generales.
“Las personas están soportando el terror de los ataques aéreos porque tienen la esperanza de que estos ataques sean su salvación de manos de ISIS”, le dijo otro activista de RBSS a CNN.
Raqqa alguna vez fue una de las ciudades más liberales de Siria.
“Podías hacer lo que quisieras: fumar, usar la ropa que quisieras usar”, dijo Abdelaziz.
Pero las cosas bajo el presidente sirio, Bachar al Asad tampoco eran perfectas.
“(Bajo el régimen) las fuerzas de seguridad solían arrestar a las personas; ahora, al-Husbah (la policía islámica) lo está haciendo. Solíamos saludar al líder presidente, ahora estamos saludando al Califa”, dijo otro activista de RBSS.
Después, los militantes yihadistas –incluyendo el entonces poco conocido ISIS– invadieron la ciudad en 2013, y derribaron la estatua del expresidente Hafez al Asad e impusieron la ley islamista de línea dura.
Y las cosas cambiaron rápidamente.
Cada mañana, le dijeron los activistas a CNN en el momento, parecían despertar a una ciudad más conservadora.
Las resoluciones –conocidas como “Bayanaat”– aparecerían en los muros de la ciudad, y a menudo limitaban los derechos de las mujeres de caminar solas, o en su estilo, o incluso a mostrar su cabello.
Otros edictos venían por boca de otros. Era prohibido fumar y luego las cámaras. El miedo se apoderó de la ciudad y detrás de la mayor parte de esto estaban las ideas radicales de ISIS.
Muchos en Raqqa dicen que no quieren vivir bajo ISIS, pero no tienen otra opción.
“Todo el mundo debería saber que no somos ISIS, que somos las personas que más están en contra de ellos, somos el pueblo que más sufre por su criminalidad”, dijo un activista de RBSS.
“Las víctimas de los ataques de París, que descansen en paz, pero un par de horas de terrorismo asustaron a todo el mundo. Tan solo imagínate que estás viviendo bajo de la autoridad (de ISIS) durante dos años”.
Sus sueños son los mismos que los de cualquier otra persona: vivir una vida “normal”.
Pero en Raqqa no hay escuelas ni universidades ni trabajos del gobierno ahora. Los médicos, maestros y abogados están desempleados, y si quieren trabajar primero deben unirse a ISIS, dijo RBSS.
La falta de dinero significa que los artículos cotidianos como los bananos o el chocolate ahora son un lujo y el agua corriente y la electricidad se encienden y se apagan a voluntad del régimen, agregó el grupo.
Pero aún así, las personas siguen teniendo la esperanza de que los salven de manos de ISIS.
“Quiero entrar a la universidad, trabajar y ganar dinero, tener una familia y tener un país libre”, dijo la mujer de 27 años de edad, de al Raqa.
“Ayúdennos a encontrar una vida”, rogó.
Fuente: CNN
Nota del editor: Es notoriamente muy difícil obtener información en al Raqa. ISIS controla todo dentro de la ciudad. Debido a preocupaciones de seguridad, toda la información en este artículo ha sido proporcionada por el grupo activista “Raqqa is Being Silently Slaughtered” (RBSS) y muchas de las fuentes no se han nombrado para su propia protección. CNN no puede verificar su información de manera independiente.
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