Mireya, la mujer que mató a sus tres hijos, pudo ser atendida antes de cometer los crímenes
Tenemos que quitarnos la idea de que una persona deprimida se sentirá mejor “si le echa ganas”, asegura un doctor en psiquiatría
Por Juventino Montelongo
El pasado 7 de junio una mujer se suicidó, pero antes de ello, envenenó a sus hijos, tres niños de 6, 8 y 10 años de edad, además de sus padres, un hombre de 70 años y una mujer de 68, la última actualmente está internada a la espera de que pueda sobrevivir.
Esto sucedió después de que la madre de los niños, identificada como Mireya, fuera notificada de haber perdido la custodia de los menores.
Estos cinco cuerpos fueron encontrados en la casa donde se refugiaba la mujer, ubicada en la delegación Magdalena Contreras, en la Ciudad de México.
Cabe recordar que la madre fue notificada un mes atrás que había perdido la custodia de sus hijos, tras un conflicto legal con su expareja. Sin embargo, en lugar de entregarlos decidió envenenarlos, dándoles un supuesto medicamento, por lo que en cuestión de minutos les quitó la vida.
El padre de los niños había solicitado una evaluación psicológica después de señalar que Mireya tenía “problemas mentales”, por lo que no era apta para cuidar a los niños.
Además, el juzgado realizó pruebas psicológicas a los menores y determinó que había “alineación parental”, pues fueron inducidos por su madre a tener resentimiento hace el padre.
¿De dónde se derivan estos problemas?
El doctor en psiquiatría Joaquín Gutiérrez Soriano, investigador y docente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que los casos de suicidio como el de Mireya, son un fenómeno que es asociado a muchas enfermedades mentales.
“Dentro de ellas la depresión es una de las más importantes, aunque también está el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno obsesivo compulsivo, entre otros trastornos más, como los de personalidad”, comentó en entrevista Gutiérrez Soriano.
Sobre sale que hay un perfil, el llamado perfil de suicidalidad, que son generalmente hombres, ya que ellos comúnmente cometen suicidios más letales que las mujeres, las cuales generalmente lo hacen con medicamentos, por lo que si son atendidas al poco tiempo de hacer esto pueden salvar sus vidas, contrario a los hombres, quienes se suicidan mediante el ahorcamiento y el uso de armas de fuego.
“A diferencia de las mujeres, los hombres son más agresivos, impulsivos y por ende, sus suicidios son más letales”, dijo el psiquiatra.
Algunos de los motivos que él puntualiza y que generan estos actos son la pérdida del empleo, del estatus social, la pérdida de un familiar o incluso por una separación.
El doctor en psiquiatría aseguró que no se atreve a dar un diagnóstico del caso de la mujer que se suicidó, ya que no la conocía, sin embargo, asegura que este hecho es similar a otros casos que ha conocido.
“Muchas veces, las personas que cometen actos suicidas tienden a tener rasgos de personalidad muy narcisistas o dependientes, en los cuales piensan ‘si yo me voy, ellos se van conmigo’, por lo que el consentimiento expreso de los niños no es tomado en cuenta y finalmente pueden tomar la vida de sus hijos”.
¿Por qué los divorcios pueden llegar a ser factores de riesgo tan importantes?
“Tenemos un grado de dependencia bastante fuerte, aunque hay países donde el grado de dependencia entre las parejas es mucho mayor. Los países de Latinoamérica tieden mucho a eso”.
El otro aspecto que mencionó Gutiérrez Soriano es que vivimos en una sociedad muy machista, donde las mujeres que se divorcian son señaladas: “creo que debemos acabar ya con eso de estigmatizar a las mujeres que quieren divorciarse”. Sin embargo, también están las que después del divorcio, se preguntan “¿Y ahora qué voy a hacer?”, lo cual desata su desesperación y las ideas acerca de la muerte.
“El proceso del duelo que no es atendido adecuadamente puede llegar a un cuadro patológico que finalmente se puede complicar con la depresión y ansiedad, y finalmente llevar a un suicidio”.
Antes de que esto sucediera, Mireya ya había intentado suicidarse en 2006, por lo que sus padres buscaron ayudarla para evitar que esto volviera a ocurrir, sin embargo, todo terminó de la peor manera, ya que incluso sus mismos padres accedieron a cometer el suicidio.
¿Qué tipo de recomendaciones les puedes dar a las personas que están pasando por una situación similar?
“Cuando una persona tiene un historial de intento suicida existe el riesgo de poder hacer otro nuevo intento. No se puede dejar de atender a una persona que ya pasó por esta situación”.
“También hay que ver que no está solamente lo que le diga uno (como experto) a los pacientes, uno puede decirles cosas mientras ello están pasando por una situación de dolo, una situación dura hacia su misma existencia. También hay que entender qué pasa con la familia, hay que involucrar a ésta, hay que comentar con la familia, ya que es un punto muy importante”.
El psiquiatra indicó que una persona que pasó por esto y tiene ideas suicidas, lo más recomendable es que esté internada, ya que señala que no estamos hablando de una persona que sólo pensó en matarse, sino que muchas de ellas, como el caso de Mireya, lo van planeando muy bien.
¿Qué otras consideraciones se deben tener con una persona con tendencias suicidas o comportamientos depresivos?
“Lo primero que debemos tener en cuenta es que debemos quitarnos esa idea errónea que esto se trata de berrinches, de simplemente ‘echarle ganas’ y de que las personas son flojas. Esto es un cúmulo de factores, que finalmente culminan en que las personas atentan en contra de su existencia. Es un problema que debe ser atendido”.
Para Soriano, a los pacientes se les tiene que hacer saber que están haciendo cosas “que no son las más adecuadas”, que están atentando en contra de su vida o piensan en hacerlo. Que lo mejor para ellos, sería recibir el apoyo de profesionales, ya que así se podría encontrar formalmente la manera para tratarlos.
¿Con quién acudir cuando se tienen este tipo de problemas?
“Cuando son problemas muy graves uno tiene que ir con un psiquiatra. Esto no quiere decir que él sea el único que pueda atender este tipo de situaciones. También son atendidos por psicólogos y muchas veces por trabajadores sociales, pero obviamente cada quien lo maneja desde su punto de vista”.
Para finalizar, el psiquiatra Joaquín Gutiérrez indicó que independientemente de quién trate al paciente, debe existir una “muy buena mancuerna” para que las personas no crean que con ir a las citas con el psiquiatra y tomarse las medicinas, los problemas se solucionarán.
“Se requiere apoyo integral, y que a la par de su tratamiento farmacológico, esté llevando su tratamiento psicoterapéutico y si alguien se pudiera involucrar en el aspecto social de la persona, estaríamos creando un equipo muy fuerte y seguro para poder cada vez mejor a estas personas”.
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