Andrea Ghez explica qué es un agujero negro y por qué no son visibles
La investigadora y su equipo ha logrado medir un agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea, llamado Sagitario A*
“Un objeto cuya fuerza gravitatoria es tan intensa que nada puede escapar, ni siquiera la luz “, así describe un agujero negro la profesora de astronomía estadounidense Andrea Ghez, una de las tres ganadoras del Premio Nobel de Física de este año.
El grupo de investigadores con los que trabaja desde hace 25 años celebró este verano boreal haber podido medir un agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea, llamado Sagitario A*, con ayuda de grandes telescopios situados en Hawái.
La investigadora reconoce que aunque mucha gente está fascinada con la existencia de los agujeros negros, muy pocos saben lo qué son.
“Es muy difícil definir un agujero negros…Las leyes de la física cerca de un agujero negro son tan diferentes de las de la Tierra que no tienes intuición de qué estás buscando”, explicó.
“Puedo pensar en ello matemáticamente, de manera abstracta, pero formar una imagen es muy difícil, porque el espacio y el tiempo se mezclan”, agregó.
Para poder “ver” un agujero negro, que no es visible, Ghez señala que basta con mirar el efecto de los objetos que hay a su alrededor.
En este caso, ella y su equipo tenían muy ubicado la posición de las estrellas que giran alrededor de Sagitario A*, señala El Universal.
Aunque la Academia Sueca señala que si una persona cae a un agujero negro no sentiría nada, la investigadora afirma que simplemente dejaríamos de existir.
“Si cayéramos con los pies hacia adelante en un agujero negro, lo primero que sucedería es que la fuerza gravitatoria sería mucho más fuerte en los pies que en la cabeza, lo que nos destrozaría. Así que no sentiríamos nada porque ya no existiríamos, no sobreviviríamos”.
Ghez, quien es doctora por la Caltech y colaboradora en la Universidad de California, en Los Ángeles, desde 1994, espera que con el tiempo pueda seguir desentrañado los secretos que guardan los agujeros negros.
La investigadora se convirtió en la cuarta mujer en recibir el Nobel de Física, sumándose a la canadiense Donna Strickland, a Maria Goeppert Mayer y Marie Curie.
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