El profesor recorre las comunidades rurales a bordo de su camioneta para impartir clases
Salvador Olvera Marín es un profesor de sexto grado de primaria en el municipio de Pinal de Amoles, Querétaro, que diseñó un salón de clases rodante para que los niños de escasos recursos, y que no tienen la facilidad de conectarse a sus clases en línea, siguieran aprendiendo durante la pandemia.
De este modo con ayuda de una camioneta, un pizarrón colgante, gel antibacterial y cuadernillos didácticos, todos los día Salvador recorre las comunidades rurales para enseñar a sus alumnos.
“Estamos apoyando a los niños, con algunos yendo cerca de sus casas, afueras de sus casas para evitar un contagio, desde que inició esta situación de la contingencia sanitaria”, relató el profesor al medio local El Queretano.
Antes de confinamiento por la pandemia de Covid-19, los niños se trasladaban desde varias comunidades cercanas a la escuela Miguel Hidalgo, en la comunidad de San Pedro Escanela.
Las carencias y marginación de la región no permiten que todos los estudiantes tengan acceso a una televisión para seguir los contenidos de “Aprende en casa” y muchos menos a una computadora con Internet para tomar sus clases en línea.
Las clases de Salvador se llevan a cabo siguiendo los protocolos sanitarios, en un lugar abierto, utilizando cubrebocas y utilizando la guarnición de una banqueta como pupitre.
“Citamos con su cubrebocas y traemos gel en la camioneta, tengo algunos lugares ya determinados para ir reuniendo dos o tres niños y así hago mi recorrido para atenderlos, los que no alcanzo en un día los visito al día siguiente”, detalló.
“Siempre he sido un maestro de retos y las escuelas en que he estado han participado en concursos del himno nacional y han obtenido primeros lugares, el ciclo antepasado nuestra alumna ganó la olimpiada del conocimiento, lo hacemos por vocación”, agregó el docente.
Aunque asegura que con esta nueva forma de enseñanza sus alumnos no tienen el mismo rendimiento, Olvera se siente satisfecho con su trabajo.
“Es presencial, no es el mismo rendimiento a cuando está uno de manera presencial en la escuela, pero para mí es muy satisfactorio que van avanzando los niños, peor sería que no hiciéramos nada… las veces que se pueda durante la semana estamos con ellos, incluso los sábados”, mencionó.
Por ahora su mayor reto, más allá de tratar de adaptarse a una nueva circunstancia para seguir con el proceso de enseñanza-aprendizaje, es conseguir una nueva fotocopiadora para poder reproducir materiales didácticos para sus alumnos.
“Hemos estado batallando con una fotocopiadora porque la que teníamos se nos descompuso, se la solicitamos al gobernador, está en trámites a ver si nos la proporciona porque no tenemos ahorita en qué estar fotocopiando los trabajos para darles a los niños”, concluyó el profesor.
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