El INE determinó que multar reparto de tarjetas no coaccionaba el voto
Enrique Andrade aseguró que las tarjetas debían abordarse como mera propaganda electoral
El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) decidió no imponer una multa al PRI por el reparto de miles de tarjetas “Salario Rosa” en el Estado de México
Estas tarjetas fueron repartidas por parte de la campaña de Alfredo del Mazo, actual gobernador electo de la entidad.
La resolución contrasta con lo ocurrido en Coahuila, donde sancionó con más de 918 mil pesos la entrega de 600 mil tarjetas.
De acuerdo con el diario Reforma, los consejeros Benito Nacif, Marco Baños y Enrique Andrade -quienes apoyaron no sancionar a Del Mazo- sostuvieron que no se podía valorar de la misma manera las tarjetas de Coahuila y el Edomex, puesto que en Coahuila hubo un reconocimiento explícito de parte del PRI de que estaba conformando un “padrón” de potenciales beneficiarios de apoyos en caso de que triunfara Riquelme, lo que le valió la multa.
Mientras que las tarjetas del Salario Rosa de Del Mazo fueron repartidas con un tríptico del cual se desprendía un formulario en el que los simpatizantes debían anotar nombre, teléfono y firma sólo si querían recibir más información sobre las propuestas del priista, es decir, voluntariamente.
El representante del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín, defendió incluso que no eran tarjetas propiamente, sino prototipos hechos de cartón.
“Si quieres seguir recibiendo información de nuestros programas sociales, déjanos tu nombre y dirección”, era la cita que traía la parte desprendible de las tarjetas, por tanto no se condicionó el voto, dijo el representante del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Las tarjetas debían abordarse como mera propaganda electoral, del mismo modo que un volante, un espectacular o un tríptico, apuntó Andrade.
En tanto los consejeros Ciro Murayama y Lorenzo Córdova resaltaron la necesidad de establecer un criterio definitivo para que en las elecciones de 2018, y en las sucesivas, los partidos no vuelvan a recurrir a la maniobra de las tarjetas.
“Yo creo que, como autoridad, haríamos bien mandando una señal clara de que esto, que en el pasado ha sido válido, no está resultando sano para la contienda democrática; que prescindamos de tarjetas, que prescindamos de padrones o de ‘protopadrones’ de posibles beneficiarios, que no se recojan los datos de la gente por ningún partido político”, urgió Murayama.
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