Al acusado de violación había sido condenado a recibir 146 azotes en público
En la provincia de Aceh, en Indonesia, un joven de 19 años, acusado de violar a una menor se desmayó mientras recibía 146 azotes en público.
Fue entre expresiones de dolor que el acusado pidió al oficial que lo golpeaba que por favor detuviera el castigo cuando perdió el conocimiento.
Sin embargo, luego de la intervención de un grupo de médicos y la aparente recuperación del acusado, los azotes continuaron hasta completarse.
De acuerdo con el sitio RT, la provincia de Aceh, ubicada al extremo norte de la isla de Sumatra es la única región en Indonesia donde todavía se aplica la ley islámica.
Las flagelaciones públicas son castigos que se aplican a delitos como el adulterio, participar en juegos de azar, consumir alcohol o mantener relaciones homosexuales o prematrimoniales.
Este tipo de sanciones son objeto de críticas de parte de organizaciones de defensa de los derechos humanos, como el caso de Amnistía Internacional que en julio pasado pidió a las autoridades del país prohibir estos castigos.
“Los azotes son una práctica cruel e infrahumana que causa traumas físicos al igual que mentales. Es un castigo que nunca debe ser normalizado, ni tolerado”, denunció Usman Hamid, director de la organización en Indonesia.
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