A sus 16 años, el mexicano Felipe Gómez del Campo comenzó a trabajar en un proyecto escolar sin saber que su empeño lo llevaría a la Casa Blanca, donde, junto a otros jóvenes emprendedores, fue reconocido por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
“Afortunadamente no quemé la casa”, dijo el joven originario de la Ciudad de México al recordar que hace cinco años con un mechero y una fuente de alto voltaje en el patio de su casa inició el proyecto que actualmente lo dibuja como un empresario.
Hoy, a los 21 años de edad, aún sin concluir sus estudios en la Universidad Case Western Reserve, de Cleveland Ohio, Gómez del Campo preside ya su propia compañía, FGC Plasma Solutions, con la que espera volver eventualmente a México para apoyar a otros jóvenes emprendedores.
Su inclusión en el grupo de jóvenes emprendedores provenientes de otros países del mundo que fueron reconocidos por el mandatario estadunidense, derivó del desarrollo de una tecnología que ayudará a reducir el costo de combustible en los aviones.
“Lo que se puede hacer con este tipo de tecnología es reducir por un lado los costos de combustible (empleados en su operación) hasta en un 10 por ciento y reducir emisiones contaminantes hasta en un 20 por ciento”, explicó.
A pesar de ese logro, Gómez del Campo calificó como prematuro el reconocimiento por considerar que existen otros emprendedores cuyas iniciativas están teniendo ya impacto.
Dijo que si bien la suya es una idea innovadora, lo que le permitió llegar a estas alturas fuehaber contado con una amplia y fuerte red de apoyo en Estados Unidos, lo cual, consideró, hace falta en México. “A mí me encantaría ver que este tipo de cosas pueden suceder en México”, puntualizó.
“Esto es parte de lo que falta en México; faltan conexiones con centros de investigación como universidades, siento que falta un poco de apoyo de inversión, un poco de protección de derechos de autor”, refirió.
Sin embargo se dijo emocionado por acciones como el temprano desarrollo de la industria aeroespacial en Querétaro, mediante un acuerdo de cooperación entre el gobierno y la empresa canadiense Bombardier.
“Creo que esa es una muestra de que esta industria está empezando a crecer en México, y ahoralo que se debe hacer es también abrir ese tipo de espacios a los emprendedores para darles la facilidad de llevar tecnologías de laboratorio al mercado y pienso que realmente eso debe empezar dentro de las universidades en México”, apuntó.
A pesar de pasos como estos, Gómez del Campo insistió que falta aún un mayor impulso para promover y ampliar el acceso de más jóvenes a carreras de ingeniería.
“Falta más apoyo del gobierno y de los empresarios. Creo que hemos dado un primer paso pero pequeño, creo que faltan muchos más. Si esto sale bien me encantaría regresar a México a dar más pasos”, indicó.
Tomada de Animal Político
Sé parte de la conversación