Vivir en este lugar es extremo, pero tiene su lado bueno: no se barre ni se limpia.
Shoyna (Шойна) es un pequeño pueblo en Rusia que parece sacado de una película e incluso quienes no saben su historia se sorprenderán al saber que tiene habitantes que cada noche “son enterrados” vivos.
Situado en el borde del círculo polar ártico, se considera la ciudad del norte del mundo “más desértica” porque está rodeada de dunas de arena que se extienden por 10 kilómetros a lo largo de la costa del Mar Blanco.
Los aldeanos están a merced de las dunas que avanzan en sus hogares con los implacables vientos costeros y pueden tragar las casas “en una sola noche”, dejando sólo los techos visibles por encima de la arena.
Debido a esto, hay mañanas en que los residentes deben cavar para poder salir de sus hogares.
La población de este pueblo ha aprendido a no cerrar sus puertas delanteras cuando duermen y están siempre listos para cavar.
Incluso de nada sirve quitar el polvo y barrer, porque son tareas completamente inútil. La excavación de casas es un trabajo a tiempo completo para el bulldozer del pueblo.
Fuente: messynessychic.com
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