El origen más popular de las calabazas como símbolo de las fiestas proviene de la cultura celta
Para los celtas de Irlanda, Escocia y otras partes de Europa Occidental, el 31 de octubre era muy importante porque esa fecha marcaba el final de la cosecha
En la fiesta de “Día de muertos” y “Halloween” existe un elemento importante que no puede faltar. Se trata de las calabazas.
Este alimento es un fruto que pertenece a la familia de las cucurbitáceas de tipo pepónide. Los pepónides son bayas que se caracterizan por tener una corteza dura y muchas semillas en su interior, como el melón o la sandía.
Entre las calabazas hay gran variedad de tamaños, formas, texturas, sabores y colores.
Algunas de estas tienen otros usos, además del alimenticio. Por ejemplo, hay culturas que han aprovechado las cortezas de las calabazas para crear instrumentos musicales y herramientas.
¿Cuál es la relación de las calabazas con los muertos?
Las primeras evidencias del cultivo de calabaza en México, datan de los siglos VI y VIII a.C.
Las nuevas variedades de este fruto formaron parte de los rituales atribuidos a culturas prehispánicas como la mexica. Lo que hoy se conoce como Día de los Muertos tiene su origen en los aztecas, quienes le dedicaban diversas ofrendas a sus difuntos, incluyendo platillos preparados con calabaza y adornos hechos con la cáscara seca del fruto.
No obstante, el origen más popular de las calabazas como símbolo de las fiestas macabras se debe a la cultura celta, en la Edad de Hierros, entre los siglos VI y IV a.C.
Para los celtas de Irlanda, Escocia y otras partes de Europa Occidental, el 31 de octubre era muy importante porque esta fecha marcaba el final de la cosecha; así que para celebrar, organizaban una enorme fiesta conocida como Samhain.
Esta fiesta marca el inicio del invierno, la “oscura” segunda mitad del año y también se emplea para hacer duelo por los fallecidos, quienes supuestamente se unían a las festividades por la noche.
Durante esta festividad, los habitantes de las aldeas se disfrazaban con máscaras que fabricaban con las verduras y los frutos de la cosecha, incluyendo nabos, papas y dulces. Aquellas verduras que quedaban huecas eran adornadas con una vela en su interior y les daban el nombre de Jack o’ Lantern.
La conquista mundial de Jack
Jack o’ Lantern está inspirado en un cuento de la cultura céltica que narra la historia de Jack, un joven vándalo que hace un pacto con el Diablo para evitar que su alma termine en el inframundo.
Sin embargo, su conducta evita que su alma pueda ingresar la Paraíso, por lo que su espíritu se ve condenado a vagar por el mundo cuando el Diablo encapsula su alma dentro de una brasa, la cual coloca en el interior de un dulce abandonado, como si fuera una lámpara antigua.
Con el paso de los años y la rápida divulgación del cristianismo en Europa, la Iglesia Católica optó por adoptar algunas fiestas paganas en lugar de prohibirlas todas, introduciendo elementos cristianos a la celebración.
De este modo, Samhain se transformó en All Hallows’ Eve (o la Víspera de todos los fieles difuntos) seguido al otro día por All Saints’ Day (o Día de todos los santos).
En México, gracias a las expediciones del siglo XV y XVI que derivaron en la conquista de América, los españoles mezclaron sus tradiciones religiosas con los rituales indígenas, lo que dio lugar al Día de los Muertos.
En tanto, los responsables del Halloween moderno fueron los irlandeses católicos, quienes migraron en masa a raíz de la gran hambruna de la patata del siglo XIX, trayendo consigo fiestas como All Hallow’s Eve y All Saints’ Day, informó el sitio Noticieros Televisa.
En Estados Unidos el Jack O’ Lantern pasó de ser una papa o un nabo con una vela a la calabaza naranja y redonda que conocemos hoy.
Esta calabaza se conoce como Cucurbita pepo, o Connecticut field pumpkin, una alteración genética que tomó varias décadas en perfeccionar y que a mediados del siglo XX fue reconocida como el estándar en esta industria.
Fue creada en 1940 por el agricultor John Howdenl, quien escogió las mejores semillas de su granja de Connecticut para cultivar la calabaza que más tarde jugaría parte fundamental de la estética del Halloween.
Ya por esas fechas, Halloween era una fiesta típica de la familia cristiana, y que gracias a actividades como salir a pedir dulces, llegó a convertirse en una de las celebraciones favoritas de chicos y grandes.
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