Mujeres indígenas chontales que exigen apoyos del gobierno para la instalación de una maquiladora de ropa fueron golpeadas por policías estatales cuando se manifestaban y pretendían acercarse al gobernador Arturo Núñez, durante un acto de entrega de maquinaria agrícola a campesinos tabasqueños.
Las indígenas, integrantes de la agrupación México Despierta, iniciaron desde ayer una huelga de hambre a las puertas de la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo (Sedet), ubicada en el Centro Administrativo del gobierno del estado, frente al ayuntamiento de Centro (Villahermosa) y la Plaza de la Revolución, donde se realizó el evento de entrega de maquinaria agrícola.
Lideradas por el exdiputado local del PRD, Julio César Álvarez de los Santos, las mujeres exigen el cumplimiento de la promesas de apoyo que, aseguran, les ofrecieron el gobierno del estado y el ayuntamiento de Macuspana (ambos perredistas) para la instalación de una maquiladora de ropa en ese municipio.
Durante el evento, las indígenas intentaron subir al estrado para entregar un escrito al gobernador Arturo Núñez, pero personal de logística se los impidió. En ese momento se armó una acalorada discusión verbal.
Las mujeres se replegaron hacia el Centro Administrativo y de nuevo intentaron abordar al mandatario cuando realizaba un recorrido de supervisión de la maquinaria agrícola que entregó a productores tabasqueños, en compañía de funcionarios de la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa).
De inmediato las indígenas, alrededor de 20, algunas de ellas ancianas, fueron cercadas por policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que empezaron a jalonearlas, golpearlas y lanzarles patadas, como quedó registrado en videos que circulan en las redes sociales.
Posteriormente los uniformados detuvieron a su dirigente, Julio César Álvarez de los Santos, quien fue trasladado a los separos policiacos, pero se ignora bajo qué cargos.
Luego de la refriega, las mujeres se dirigieron a la delegación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y a las oficinas de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) para denunciar “la represión policiaca que sufrimos”.
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