La mujer fue liberada después de siete horas
El pasado 1 de octubre una mujer fue detenida y golpeada en la estación Constitución del metro de Buenos Aires, Argentina, por besarse con su esposa.
Mariana Solnge Gómez fue detenida con violencia por los policías Jonathan Rojo y Karen Villarroel, quienes la sometieron en el piso y la arrastraron hasta la oficina de la policía en la estación Boedo.
Mariana, de 24 años de edad, estaba en el metro con su esposa Rocío Girat cuando los policías se acercaron, la insultaron y la golpearon con fuerza. Fue liberada después de siete horas.
“Vino uno de los policías a pedirme mis datos. Le digo que estoy casada con Rocío. Y el policía anota que soy soltera. Insisto con que estoy casada de manera legal. Me pide el certificado. No sé a qué pareja heterosexual le piden el certificado”, declaró Rocio Girat en televisión.
Una chica estuvo siete horas presa por besar a su esposa en Constitución. El viernes hay besazo de repudio
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La Agrupación LGBTI 1969 condenó la forma en cómo actuaron los policías, quienes argumentaron que la detuvieron por haber estado fumando en un sector no autorizado.
La policía local le negó por horas información a Rocío sobre dónde se encontraba Mariana. Gracias a que el caso se viralizó en redes sociales, la mujer fue liberada.
La madre de Mariana escribió el siguiente mensaje en Facebook para agradecer el apoyo que habían mostrado a su hija:
“Agradecida de corazón por tanta gente que se acercó a hacer el apoyo a mi hija ayer, quien fue detenida arbitrariamente por Jonathan Rojo y Karen Villarroel, policías de la Metropolitana del gobierno de la ciudad. Después de haber sido golpeada, esposada y encarcelada en un calabozo común por siete horas, fue liberada a las 21 horas gracias a la resistencia feminista. Este miércoles 4 de octubre nos tenemos que presentar en Lavalle 1171”.
Rocío Girat no es la primera vez que es víctima de abuso de autoridad. En 2014 denunció a su padre, el oficial de la Armada Marcelo Girat, por abusos que padeció desde niña hasta los 17 años.
Las autoridades jamás repararon el daño, el militar estaba rodeado de privilegios y solo fue condenado a 14 años de prisión domiciliaria.
Tras lo ocurrido, en redes sociales se convocó a una movilización masiva llamada “besazo” en la que piden a los asistentes acudir a la estación Boedo como protesta por los actos de violencia.
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