Un piloto cuyo brote de locura durante un vuelo provocó que el avión tuviera que desviarse exige de la aerolínea JetBlue casi 15 millónes de dólares en idemnizaciones. A su juicio, la aerolínea falló al no detectar sus obvios problemas mentales.
Al despegar el avión el piloto Clayton Osbon empezó a gritar palabras incoherentes sobre religión y ataques terroristas, primero desde la cabina de piloto, y luego en el salón del avión. El FBI dice que mientras estaba en los controles del Airbus A320, a medio camino en un vuelo de cinco horas, Osbon dijo: “Las cosas no importan”, y le comunicó al primer oficial de vuelo: “No vamos a ir a Las Vegas”. El piloto se fue repentinamente de la cabina y comenzó a correr por el pasillo, golpeó un baño e intentó volver a la fuerza a la cabina, que para entonces había sido cerrada por el copiloto, el primer oficial Jason Dowd.
Aunque los pasajeros lograron atar al piloto, el copiloto se vio obligado a desviar el vuelo que iba de Nueva York a Las Vegas y tuvo que aterrizar en Amarillo, Texas,. Posteriormente el piloto fue absuelto de las acusaciones de haber afectado el trabajo del equipo de profesionales del avión, algo que en EE.UU. se castiga con hasta 20 años de prisión, por haber sufrido una “crisis parcial compleja”.
El episodio tuvo lugar en 2012, pero Osbon decidió demandar a la aerolínea este viernes tras la tragedia del avión de Germanwings, causada presuntamente por un piloto suicida. Osbon acusa ahora a JetBlue por no impedirle volar pese a las obvias señales de que padecía problemas mentales y le exige una indemnización por la humillación sufrida, que además acabó con su carrera laboral.
Con infromación de RT Noticias y Reuters.
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