A partir del próximo mes de abril, estará abierto el país a la libre importación de gasolinas. No obstante, esta apertura no implica la inmediata llegada de combustible importado, de acuerdo con especialistas que señalan entre otras, la limitante que representa la falta de infraestructura para internar combustibles.
“A partir del primero de abril de 2016 cualquier empresa podrá importar gasolinas y diésel, lo que podrá reflejarse en mejores precios en nuestro país”, dijo ayer Enrique Peña Nieto en el marco de su presentación en el CERAWeek que se lleva a cabo en Houston Texas.
Pese al anuncio, el precio podría no variar todavía de manera sustantiva pese a la importación, debido a que en México las tarifas aún están controladas por un rango establecido en Hacienda y para este año sólo podrán oscilar entre los 13.16 y los 13.98 pesos por litro, aún y cuando la importarán en el equivalente a 7.50 pesos por litro, anticiparon expertos. La última etapa de precio referenciado está prevista para el 31 de diciembre de 2017.
En este sentido, Ernesto Revilla, director de estudios económicos de Banamex, afirmó que la liberalización anticipada a las importaciones de gasolina, anunciada por el presidente no tendrá un efecto este año en el bolsillo de los consumidores.
La medida contribuirá a reducir el precio en el mediano y largo plazos, a partir de 2017, a la vez que liberará recursos para que Petróleos Mexicanos (Pemex) se enfoque en tareas estratégicas.
En este mismo orden de ideas, el presidente nacional del PRD, Agustín Basave, señaló que el anuncio para que empresas ajenas a la paraestatal importen gasolina y diésel es un golpe más a la economía de los mexicanos, “como todo lo que se ha hecho en materia de política económica”.
Fuentes: El Financiero, La Jornada
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