Particulares han construido casas sobre vestigios toltecas en los conjuntos arquitectónicos Las Zapatas II y Reina Xóchitl, los cuales albergan un altar y edificios religiosos que se encuentran semidescubiertos y sin resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Ambas áreas están a 500 metros de la zona arqueológica de Tula, que hace más de cinco siglos fue la capital tolteca de Tollán. Bajo las escalinatas y plataformas de piedra de la plaza prehispánica –las cuales fueron utilizadas de cimientos– se han construido viviendas de dos o tres pisos, que han causado daños irreversibles.
Sobre los vestigios arqueológicos también hay pilares de concreto que sostienen la vía elevada de un tren de carga que une Tula con Querétaro, construida a mediados de la década de 1970 y que de noche es punto de reunión de indigentes y adictos.
Vecinos señalan que las viviendas no cuentan con agua ni drenaje porque las autoridades municipales se han negado a instalarlos.
En el cerro de La Malinche hay otros restos arqueológicos conocidos como Reina Xóchitl, donde se conservan petrograbados alusivos a la fundación de Tula. A pesar de su importancia, algunos vecinos han invadido la zona para construir viviendas.
Además, católicos construyeron una pequeña ermita con una cruz sobre una de las plataformas de piedra. Este sitio también es punto de reunión de vagabundos que consumen bebidas alcohólicas y drogas por las tardes, denunciaron los vecinos.
El presidente de la Coordinadora Ciudadana en Defensa del Patrimonio Cultural y Natural del Estado de Hidalgo AC, Pedro Cardoso Reyes, lamentó que Rodolfo Palma, delegado del INAH en Hidalgo, se muestre indiferente ante la paulatina destrucción de éstas y otras zonas arqueológicas de Tula.
Cardoso aseguró que el INAH “no ha hecho nada por evitar la destrucción de los vestigios ni que se sigan construyendo casas sobre ese centro ceremonial tolteca“.
Detalló que al menos 20 viviendas se han construido sobre los vestigios, y hace 40 años el gobierno federal pagó indemnizaciones a los propietarios por la construcción de los pilares de la vía del tren de carga, pero no para rescatar el conjunto prehispánico.
Aunque el municipio tiene prohibido instalar servicios para no dañar las ruinas, Pedro Cardoso dijo que hace algunos años un alcalde ordenó derribar un muro y hacer perforaciones en una parte del conjunto de Las Zapatas II a fin de instalar drenaje para una casa.
Palma Rojo dijo que el INAH puede hacer poco, pues aunque expropiara los terrenos, no cuentan con recursos para pagar las indemnizaciones.
Explicó que cada vez que se encuentran vestigios en alguna obra se hace un registro de lo encontrado y se vuelve a enterrar, con la esperanza de que en el futuro se rescate.
Lo más que podemos hacer es buscar coordinación con las autoridades municipales a fin de reubicar a las familias que se han asentado en estas áreas, concluyó el delegado.
Con información de La Jornada.
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