Desde el secuestro ya han pasado más de 80 días
“No secuestran a uno, secuestran a toda la familia. El que se llevó a mi hermano es invisible para nosotros, pero nosotros somos completamente visibles para él. Tenemos miedo”, dijo el hermano del empresario
El empresario de Irapuato, en Guanajuato, Guillermo Ignacio Villaseñor Eslava, fue secuestrado en un tianguis el pasado 14 de marzo en tal sólo 35 segundos, donde un grupo de hombres armados lo sacaron después de que lo amenazaran con armas de fuego. Lo anterior fue presenciado por dos de sus empleados, además de decenas de personas que se encontraban en la zona.
Por ello, el 23 del mismo mes, después de varias negociaciones entre la Procuraduría General de la República (PGR), a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), su familia pagó el rescate, aunque los secuestradores no devolvieron al empresario. De esto ya han pasado más de 80 días.
“No secuestran a uno, secuestran a toda la familia. El que se llevó a mi hermano es invisible para nosotros, pero nosotros somos completamente visibles para él. Tenemos miedo, ya no podemos dormir”, aseguró Hugo Villaseñor, hermano mayor de Guillermo, quien desde entonces se dedica de tiempo completo a buscarlo.
A pesar de que estos hechos fueron denunciados ante la Procuraduría de Justicia de Michoacán, la SEIDO y también se inició una queja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), ninguna de estas autoridades ha hecho logrado avanzar en el caso, incluso algunas ya ni siquiera los toman en cuenta.
El secuestro de Guillermo quedó grabado en las cámaras de seguridad de uno de los locales, en donde se observa cómo seis sujetos con chalecos antibalas, armas largas y los rostros cubiertos ingresan a un local, uno se acerca al empresario y los otros amenazan con sus armas a los empleados, todo, en medio minuto.
Fue el 22 de mayo cuando la familia recibió una llamada de los secuestradores. En ella acordaron el monto que les iban a dar a cambio de devolverles a Guillermo.
Al siguiente día, el personal de la SEIDO acompañó la negociación, por lo que enviaron a un chofer a arrojar el paquete con dinero en un punto de la carretera federal cerca de Moroleón y Uringato, donde fue recogido por dos hombres. Después recibieron otra llamada donde les aseguraban que el empresario estaba a punto de ser devuelto, lo cual finalmente nunca ocurrió.
Tras un par de semanas de que se registraran estos hechos, la SEIDO retiró al personal que apoyaba a la familia, y posteriormente, también dejaron de hacer investigaciones del caso.
“He ido a todos los hospitales, a la Cruz Roja, a la morgue y nada. Me dicen las autoridades que había indicios de que tenían a mi hermano en Morelia, pero no avanzan nada, ya no hacen nada… ya estamos cansados, mi hermano es uno de los 39 mil desaparecidos; ahora pensamos ofrecer una recompensa ante la indolencia de las autoridades. Nos dijeron que lo iban a regresar”, se lamentó el hermano del empresario.
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