El padre arremetió contra su bebé porque sus llantos no lo dejaban concentrarse en los videojuegos
Joseph William McDonald, de 23 años, asesinó a su hijo de 7 meses de edad porque no lo dejaba jugar playstation. Los hechos ocurrieron en Victoria, Australia.
El joven padre se declaró culpable de un cargo por homicidio infantil en una audiencia celebrada en dicho estado australiano el pasado 4 de diciembre.
El imputado declaró que los llantos de su bebé, Lucas, le impedían concentrarse en el juego, razón por la cual arremetió contra el infante.
El día de los hechos la madre del bebé, Samantha, escuchó que el llanto de su pequeño era más agudo y alto de lo común, cuando le cuestionó a McDonald qué ocurría él le respondió que habían estado “acurrucando” al bebé.
Momentos después Lucas comenzó a rechazar su leche y ella pensó que se debía ser parte de una reacción a un golpe que recibió esa mañana. Debido a que el bebé no mejoraba, su madre lo llevó a un hospital en Benalla y de ahí los trasladaron al Hospital Infantil Monash, en Melbourne.
Joseph mintió a su pareja y a los médicos sobre lo que había ocurrido, pues aseguró que accidentalmente presionó demasiado fuerte en la parte posterior de la cabeza del bebé, lo que retrasó el diagnóstico de un traumatismo contundente.
Sin embargo, los escaneos mostraron las lesiones del bebé y con ellos se determinó que no habían sido accidentales. Esta situación obligó al padre de familia a escapar del nosocomio. El reporte médico indica que Lucas fue declarado muerto el pasado 29 de octubre de 2019.
De acuerdo con medios locales, se cree que el padre golpeó a su hijo contra el suelo a la par que lo sacudía, detalló Noticieros Televisa.
Joseph William McDonald se entregó a la policía luego de que se difundieran fotografías suyas como parte de una persecución en el estado australiano. Tiempo después se descubrió que había buscado en internet cómo trata los problemas de manejo de ira, incluso le mandó mensajes a Samantha en los que lamentaba ser “el peor padre” y la “peor pareja”.
Tras la detención del padre de 23 años, su abogado indicó que en documentos judiciales su cliente sufría problemas de manejo de ira y aseguró que el incidente había sido un “acto espontáneo de ira”. A pesar de dichos argumentos, McDonald será sentenciado a finales del mes en curso y podría enfrentar hasta 20 años de prisión.
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