¿Obsolescencia programada? ¿Quiénes son los causantes, empresas o consumidores?
“La teoría conspirativa de la obsolescencia programada”, se trata de hacer los productos con una vida útil limitada, con la finalidad de que las compañías obtengan ventas repetidas.
Aunque el termino “obsolescencia programada” se empezó a usar hasta principios de los 50, esta práctica ya se llevaba a cabo desde la antigüedad.
Desde la llamada durabilidad artificial, en la que componentes frágiles caducan y repararlos cuesta más que reemplazar los productos, hasta las actualizaciones estéticas, los fabricantes cuentan con suficientes artimañas para seguirle sacando dinero a sus clientes.
Ejemplo de este fenómeno podemos encontrar muchos en el mercado, tal es el caso de los smartphones, cartuchos de tinte de impresión.
Sin embargo, y pese al gasto que este modelo genera para los consumidores, también potencia el crecimiento, crea empleos y tiende a fomentar la innovación y mejorar la calidad de los productos.
En oposición a esta aparente ventaja, la obsolencia programada también es la causante del calentamiento global y los desechos tóxicos lanzados al planeta.
Si bien la “obsolescencia programada” es en parte responsabilidad de las compañías y su interés en aumentar sus ganancias, comparten esta responsabilidad con los consumidores, pues esté fenómeno ha respondido a la demanda de productos por parte de los mismos.
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