La sábana santa comenzó a investigarse desde el punto de vista científico en 1973
Un nuevo estudio hecho por el antropólogo forense Matteo Borrini y el experto en química orgánica Luigi Garlaschelli concluye que las manchas de sangre no pueden ser reales
Un nuevo estudio hecho a la sábana santa o sudario de Turín, considerada una de las reliquias más valiosas de la cristiandad, reveló que las manchas de sangre de la tela son falsas.
Este lienzo muestra las marcas que coinciden con la figura de un hombre que fue brutalmente golpeado y murió en la cruz. La hipótesis oficial entre los creyentes es que esas marcas corresponden al rostro y cuerpo de Cristo, y que éste fue utilizado para envolver su cadáver tres días después que, según la tradición bíblica, permaneció en una cripta antes de resucitar.
La iglesia católica tolera la devoción hacia este objeto y nunca ha aceptado ni negado oficialmente su autenticidad. La sábana santa comenzó a investigarse desde el punto de vista científico en 1973, cuando un equipo internacional de serólogos forenses, anatomistas, radiólogos, historiadores, y físicos examinó la tela. El equipo concluyó que lo más probable era que el sudario fuera una falsificación, pero no pudo reunir pruebas que lo confirmaran así que se mantuvo neutral al respecto.
Hasta el momento no se sabe cómo es que la imagen de una persona envuelta logró transferirse a la tela. Los fieles apuntan a que fue la propia resurrección la que dejó ese rastro en el lienzo, como si fuera el negativo de una fotografía.
En el nuevo estudio el antropólogo forense Matteo Borrini y el experto en química orgánica Luigi Garlaschelli decidieron analizar una característica muy concreta de la sábana santa: sus manchas de sangre.
Ambos expertos han analizado la manera en la que la sangre emanaría de este tipo de heridas en un cadáver envuelto en tela y para ello han empleado un maniquí y sangre real donada para la investigación, así como sangre sintética con las mismas propiedades.
Los investigadores concluyen que las manchas de sangre no pueden ser reales. Los flujos de sangre que supuestamente manaron de las manos y mancharon la tela no concuerdan con el ángulo de los brazos que aparece marcado en el lienzo.
Por su parte, la sangre que brotó del costado, no concuerda con la de una persona a la que hubieran herido en una posición vertical, pero no con la de un cuerpo sangrando tumbado boca arriba. Por último, nada explica el patrón de la sangre acumulada bajo la cintura. Si envolvemos un cadáver en lino y lo dejamos sangrar boca arriba es imposible que se formen esas manchas.
Los especialistas concuerdan en que la tela sea probablemente una reliquia hábilmente fabricada en el Sigo XV con fines didácticos o simplemente artísticos.
El misterio de cómo se creó la marca tridimensional de una persona en la tela sigue vigente, ni la iglesia, ni la ciencia han logrado resolverlo.
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